La guerra en Ucrania está de vuelta, ¿por qué nadie lo menciona?

La violencia en el Este de Ucrania está agudizándose, pero los políticos Occidentales están callados.

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La guerra sucia de Rusia en Ucrania está agudizándose ante la vista gorda de Occidente

La guerra sucia de Rusia en Ucrania está lejos de encontrarse congelada y a pesar de la situación deteriorada, Occidente parece contento en hacer la vista gorda

Mientras que la lucha en el Sudeste de Ucrania ha retumbado incesantemente a lo largo del invierno, induciendo a una fatiga de conflicto y a una caída en la cobertura mediática, las últimas semanas han visto una marcada agudización en el número de ataques.

Los oficiales ucranianos han informado de hasta 71 ataques diarios, con la mayor parte de los ataques concentrados en las ciudades ocupadas por los Separatistas de Donetsk y Gorlovka, al igual que el campo al Este de la ciudad portuaria de Azov Mariupol.

Ambos bandos se acusan mutuamente de utilizar diariamente morteros pesados, los cuales debieron haber sido retirados hace más de un año según el Primer Acuerdo de Minsk.

De acuerdo a la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), que monitorea el cese al fuego, el último mes se vió el retorno al uso de los sistemas de lanzamiento de cohetes múltiples Grad y la artillería de 153 mm. Fue informado el uso de ambos dos días consecutivos en la ciudad de Gorlovka, ocupada por Separatistas.

El 26 y 27 de enero las redes sociales vieron una multitud de informes de residentes de Donetsk sobre combates al Norte de la ciudad, donde la línea del frente corre a lo largo de las ruinas del Aeropuerto y los suburbios de Peski y Avdeyevka. Docenas de usuarios de Twitter y de Vkontakte (el equivalente de Facebook ruso) a través de la ciudad informaron de una poderosa explosión y onda expansiva el 27, para la cual todavía no existe explicación plausible. Algunos usuarios denunciaron que el bombardeo fue el más pesado escuchado desde el ataque final al Aeropuerto de Donetsk el año pasado a esta altura del año.

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Oficiales ucranianos han informado de hasta 71 ataques diarios en Donbás. (Foto: UNIAN)

Además, durante los últimos años, hemos visto como los puestos de control por donde entran y salen civiles al territorio ocupado por los Separatistas, era blancos fáciles de los combatientes respaladados por Rusia, incrementando la posibilildad de que el gobierno se vea forzado a cerrar estos pasos vitales para evitar bajas.

El llamado del nuevo representante ruso en las conversaciones de Minsk, Boris Gryzlov, del 13 de enero para un inmediato y total cese del fuego fue lo mismo que la nada.

Los líderes ucranianos y separatistas persiguen planes diametralmente opuestos en relación a la celebración de elecciones en las regiones ocupadas de Donbás, un elemento clave en los acuerdos para el cese del fuego de Minsk.

Mientras que Kyiv y el texto mismo del acuerdo de Minsk dicen que las elecciones deben llevarse a cabo según la ley ucraniana, Aleksandr Zakharchenko, el líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk (DNR), reafirmó la semana pasada su compromiso de prohibir todo partido importante ucraniano y conducir la votación según la ley de la DNR.

La perspectiva para otro de los elementos del proceso de Minsk, el intercambio de prisioneros de guerra, se ve también nada prometedor. El 28 de enero el Jefe de la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC) para Ucrania, Alain Aeschlimann, dijo a los reporteros que su organización fue autorizada a acceder a solo cuatro (4) de los ciento treinta y tres (133) prisioneros ucranianos que los Separatistas afirmaban tener.

El 25 de enero el anterior presidente Leonid Kuchma, el principal negociador ucraniano en las conversaciones directas con los Separatistas respaldados por Rusia, dijo que ahora pensaba que muchos de esos prisioneros estaban ya muertos. Sugirió que los Separatistas están usando las negociaciones sobre el número de prisioneros para demorar y ganar tiempo.

Todo ésto tiene lugar en medio de un macabro telón de fondo. El ICRC dice que más de mil personas están aún desaparecidas como resultado del conflicto en Donbás, y las enfermedades fomentadas por las destrucción de la infraestructura y las miles de bajas causadas por los combates, se están propagando rápidamente.

Ucrania (al igual que el Sur de Rusia) está en las garras de una epidemia de una gripe variante de la N1H1, que ha infectado a 18 regiones del pais y matado al menos a 171 personas. Las escuelas han estado cerradas indefinidamente en Kharkiv. En Donetsk, ocupada por los Separatistas, más de 2.000 personas han concurrido a los médicos quejándose de infecciones virales respiratorias en lo que va de este año.  La hermana República Popular de Lugansk informa de una aún peor situación, con más de 10.000 personas infectadas y docenas de zonas de cuarentenas declaradas. Eduard Basurin, el vocero militar del DNR y Vadim Solovyov, un miembro del Parlamento en la Duma del Estado Ruso, ambos han declarado que el brote de gripe en Ucrania fue originado en una instalación de guerra biológica estadounidense en la ciudad de Kharkiv, controlada por el gobierno.

Esto, por supuesto, combinado con un ciber ataque (lo más probablemente ruso) que causó un apagón al final del año pasado y la parálisis en la frontera con la ocupada Crimea sobre las importaciones, solo suman a la profudamente arraigada falta de confianza entre Kyiv y el lado ruso.

Así todo, el 22 de enero el Secretario de Estado de los Estados Unidos John Kerry dijo que las sanciones a Rusia podían ser levantadas en «estos próximos meses» si los acuerdos de Minsk eran totalmente implementados.

Haciendo a un lado el hecho que las sanciones fueron primeramente introducidas en respuesta a la ocupación y anexión de Crimea por Rusia, un asunto completamente separado sobre el cual no existe ni siquiera un indicio de avance, la sugerencia de Kerry que Minsk podría ser completamente implementado en el espacio de unos pocos meses, es absurdo.

Poroshenko ha dicho que debe haber un cese al fuego antes que la ley de «status especial», que establecería una semi-autonomía para las áreas ocupadas de Donbás y el marco legal para las elecciones locales, entrara en vigencia. Y aún si aquellos disputados planes entraran en vigencia, los Acuerdos de Minsk estipulan el retiro de todas las fuerzas extranjeras (i.e. rusas) de Ucrania y el retorno al control del gobierno de todas las fronteras con Rusia, antes que la completa implementación se avisore.

El indicio de Kerry al acercamiento es parte de una tendencia más amplia.

Los gobiernos alemán y finlandés continúan proseguir con el proyecto del gasoducto Nord Stream 2 con el monopolio ruso de gas Gazprom, una política que se promueve de cara a los movimientos para alcanzar la independencia energética europea y es opuesta por Ucrania, Polonia y los Países Bálticos.

En el Reino Unido, a pesar de la conclusión devastadora de la invesigación pública por el asesinato de Alexander Litvinenko, que encontró que el Servicio Federal de Seguridad Ruso (FSB) había organizado el asesinato radioactivo, y que luego el Jefe del FSB Nicolai Patrushev y que aún el mismísimo Presidente Vladimir Putin probablemente lo hayan ordenado, el gobierno se ha abstenido de agitar las aguas.

Durante el debate de la Cámara de los Comunes que siguió a la publicación del informe de la investigación del caso Litvinenko, la Secretaria del interior, Theresa May se opuso al pedido desde el otro lado de la cámara para la introducción de un equivalente británico a la Ley Magnitsky de los Estados Unidos-una norma de amplias sanciones apuntada a funcionarios de gobierno rusos corruptos y violadores de derechos humanos- y anunció poco más que la tibia medida punitiva de congelar cualquier activo del Reino Unido pertenecientes a los dos asesinos, que han estado viviendo bajo la protección del Kremlin (uno como miembro del parlamento) por casi una década desde el homicidio.

 La razón del enfoque débil de Kerry y May a Rusia se deriva de la esperanza de Occidente de que Putin pueda ser de ayuda en Siria. «Vamos a seguir reclamando al Presidente Putin para que Rusia, como uno de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, se comprometa de manera responsable y haga una contribución positiva a la seguridad y estabilidad global,» dijo May. «Pueden, por ejemplo, jugar un rol importante en derrotar a (ISIS), y junto a la amplia comunidad internacional, ayudar a Siria a alcanzar un futuro estable.»

Pero ésto significa hacer la vista gorda no solo con el asesinato de Litvinenko, sino con la anexión rusa de Crimea y la invasión de Donbás con la esperanza de que Putin pueda ser convencido para trabajar junto a Occidente en el tema Siria. Si Rusia puede con impunidad, usar Polonio radiactivo para matar a un ciudadano británico en Londres o derribar a un avión de pasajeros sobre Ucrania, ¿entonces cómo podemos colaborar seriamente en la «resolución de crímenes» o en la seguridad del «sector aerocomercial»?

La esperanza aquí está profundamente fuera de lugar.

Mientras que Rusia «podría» tener un rol importante en la lucha contra ISIS, ellos no lo han hecho y han usado esa tapa del diario (titular) para fomentar los objetivos que atentan directamente contra los objetivos (al menos públicamente enunciados) del Reino Unido, Estados Unidos y Francia. La vasta mayoría de los ataques aéreos de Rusia en Siria no apuntan a los territorios ocupados por ISIS, sino a áreas controladas por los grupos opositores. Esto incluye a los unidades del Ejército Libre Sirio (FSA), abastecido por los EE.UU. Cuando ellos llevan a cabo ataques en el territorio ocupado por ISIS, bombardean plantas de tratamiento de aguas, silos de granos, a los cuales el Ministerio de Defensa de Rusia intenta hacerlos pasar por refinerías de petróleo. Mientras tanto, hay informes que indican que Rusia envío yihadistas domésticos para agitar la guerra en Siria, incluidos el mismo ISIS, varios años antes de intervenir militarmente de manera directa el pasado septiembre.

El peor efecto de ésto es que al devastar a la oposición, que incluye tanto a Nacionalistas como a Islamistas que varían de moderados a fundamentalistas, mientras que dejan a ISIS indemne, Putin y Bashar al-Assad se aseguran que los moderados sean excluidos y se fortalece la apelación de los yihadistas de bombardear y abusar a los Sunitas

Más aún, si el régimen de Assad triunfa con la ayuda aérea y terrestre rusa en reconquistar áreas dominadas por los rebeldes tales como Idlib y Aleppo, entonces la crisis de refugiados que ya está causando la ruptura del sistema Schengen de libertad de tránsito de la Unión Europea, se agravará drásticamente.

De ninguna manera es una exageración decir que la desintegración de la Unión Europea es un objetivo de la política exterior del Kremlin. Rusia ha prohijado relaciones con los partidos euroescépticos de extrema derecha a través de la Unión Europea, con el virulento Frente Nacional neo Vichista, incluso recibiendo millones de euros de un banco ruso vinculado al Kremlin. La televisión estatal rusa difundió el mes pasado una historia fabricada de una adolescente alemana violada grupalmente por inmigrantes, y la embajada rusa en Londres publicó tweets crudamente racistas de Alemania siendo pisoteada por los inmigrantes.

Los gobiernos occidentales aparecen ahora configurados para ignorar la malversación rusa, no solo en Ucrania y Siria, sino también en el hogar, la Unión Europea, por el bien de la fantasía y la ganancia financiera.

Fuente: Pierre Vaux, The Daily Beast, 3 defebrero de 2016.

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