
Ser ucraniano en los territorios ocupados significa no sólo sobrevivir, sino también mantener tu propio espacio ucraniano.
Oles Honchar, escritor y figura pública en Ucrania: el hombre debería ser medido por sus logros.
Cuando la vida se rompe y el mundo se da vuelta, tú te enfrentas con una opción: tratas de crear una nueva vida en un nuevo lugar, o te quedas y tratas de reconstruir lo que fue destruido. Este es un dilema retórico- no existe una respuesta equivocada. Pero parece que no para todos.
Ucrania ha permanecido en un estado de guerra no declarada durante casi dos años. Por casi dos años, la gente que vive en los territorios ocupados ha sido estigmatizada… desde el comentario disgustado de «hay demasiados de ellos aquí… «a categóricas acusaciones tales como «¡son todos un montón de separatistas!»
He agregado algunos a mi «colección» de insultos: comentarios tales como «esa desagradecida y arrogante mujer de Donetsk» y «abastecedor de Zakharchenko», han sido complementados por términos tales como «parásito» o «entrevista mentirosa»… a menudo sin explicación. A pesar de los furiosos comentarios luego de mi reciente entrevista y la seria estigmatización, yo permanezco en Donetsk ocupado y hasta (¡Oh mi Dios!) enseño Ucraniano en las escuelas y habló del pueblo ucraniano allí, que aguarda ser liberado.

Bueno, aparentemente es muy conveniente utilizar el término «territorios ocupados». Uno podría pensar que no hay gente viviendo allí o que no son de los nuestros, por lo tanto, ¿por qué debiéramos preocuparnos? Uno podría declararlos culpables, etiquetarlos y despreocuparse de la evidencia. Yo soy una mujer orgullosa y no acepto estos cargos. Pero, frecuentemente escuchó cosas como éstas de la gente de Donetsk que huyó a la «Gran Tierra» o que se quedó aquí- ¡y no dejaría que usted los ofenda! Tratemos de entender la esencia de las acusaciones.
Trata de imaginar que tú debes dejar de repente tu pueblo o aldea. Tú precipitadamente debes juntar tus pertenencias, pero entiendes que no puedes llevar todo contigo, tú eliminas esto y aquello tranquilizándote que no estarás lejos por mucho tiempo y que no irás a un país salvaje… serás capaz de encontrar todo lo que necesitas allá. Luego largas colas en los cajeros, autobuses atestados, caminos largos y difíciles, y estaciones de autobuses desconocidas. Primero, te quedas con familiares o amigos (esa es una situación ideal), pero eventualmente te das cuenta que no usarás las llaves que llevas en el bolsillo y tendrás que quedarte aquí indefinidamente. Empiezas buscando un lugar donde vivir, pero tan pronto como los propietarios ven una identificación con registro de Donetsk o Luhansk, se niegan y te dan la espalda.
No obstante, hay gente buena en este mundo – finalmente tú encuentras un lugar donde vivir y luego ves que todo lo que necesitas lo dejaste atrás en casa. Luego, otro nuevo y desagradable descubrimiento: tu dinero se acabará pronto… antes de lo esperado y debes buscar trabajo, pero dejaste tu tarjeta de empleo en casa y los empleadores aquí se niegan cortésmente… y de cualquier manera, tu sabes que estás aquí para quedarte. Eres un migrante, una persona desplazada internamente… una persona con una historia presente poco clara y con un futuro turbio, una familia rota y ningún vínculo social, alguien quien no siempre es muy bienvenido en su nueva casa. Un hombre sin voz, una persona de «una mala área»¿Cómo te sentirías tú? ¿Qué harías? ¿Qué pensarías? Miren a algunos de mis compatriotas… no solo han creado nuevos mundos para ellos, sino también se han convertido en activistas en muchas ONGs y fundadores de fuertes grupos voluntarios. Ellos pueden ser los únicos que apoyan, con palabras y actos a la gente que quedó atrás en los territorios ocupados.

Y ahora, algo sobre el parasitismo de los ucranianos que permanecen en Donetsk y Luhansk por razones desconocidas para los «verdaderos patriotas». Vivir en una ciudad ocupada significa olvidarse de una vida normal pacífica, de planes futuros y de la conveniencia diaria.
Significa que uno debe aprender a explicarle a su niño porqué estamos comiendo solo avena como cena nuevamente (¡ya lo comimos para el desayuno! ¡No tolera ni siquiera la vista de los fideos! Bueno, ¿puede ser una pequeña salchicha, si no conseguimos carne decente? Su amiga llevó una mandarina a la escuela y, ¡olía tan bien! Y así… ) y por qué ella no tendría lo que ella quiere para Año Nuevo o su cumpleaños.
Significa no levantar la cabeza en la calle y de repente ver la cara de la persona que arruinó tu vida, y ahora felizmente sonriente desde una cartelera, proclama que maravilloso es vivir en una «joven república»- y ahogarse en esa sensación de extremo odio que uno siente hacia ellos y hacia tu propia persona, porque uno sabe que está desamparado, porque uno entiende que aún si se los destruyera, aquellas «repúblicas» pueden sobrevivir.

Significa colocarse en espera y ver mientras tu niñez y el campo son destruidos, y colapsan los edificios y casas abandonadas… no solo de soledad ni de depresión, pero porque ya no son casas para nadie. Significa sentir dolor y angustia en tu pecho…
Significa limitar tu mundo a amigos cercanos y afines, y cortar toda relación con conocidos, aún amigos que se han olvidado de que son ucranianos.
Significa continuar viviendo bajo el boicot y la feroz presión de colegas que están del otro lado de las barricadas, o aún peor, ser denunciado y arrojado a los sótanos del «Ministerio de Seguridad del Estado». Significa escuchar pasos en las escaleras… ¿Vienen ellos por ti ya que tu estabas esta mañana nuevamente tratando de exponer los mitos locales de la «RPD» y la «RPL»mientras esperabas en la cola de la tienda local.
Significa convencer y discutir con gente que ha perdido la fe (¡Ucrania seguirá viviendo!), y más importante no perder tu propio corazón.
Significa esperar semanas por manteca, porque uno se niega a comprar una marca rusa y los comerciantes locales no consiguieron productos ucranianos.
Significa ser acusado de mentir, aún por gente que vive en los territorios ocupados, porque es todo lo mismo en las distintas áreas de Donetsk.
Significa usar brazaletes y cintas azul y amarillo, camisas bordadas, enseñar el idioma y literatura ucraniana (¡y aún leer a Taras Savchenko, Ivan Franko y Mykola Vorony con comentarios históricos, alentar a los niños a estudiar tópicos en estos temas, organizar competencias de recitado y conferencias académicas en idioma ucraniano!), y escabullirse de noche para pintar banderas azules y amarillas en los monumentos y rasgar símbolos de la «RPD».
Significa no solo sobrevivir, sino mantener tu propio espacio ucraniano. ¡Mis compatriotas logran esto con dignidad! Y aunque nosotros esperamos la liberación, no todos somos pasivos. Recientemente nos dimos cuenta que somos una minoría aquí y que desesperadamente necesitamos la ayuda de todos los ucranianos para superar nuestros enemigos externos e internos. Ésto puede ser realizado solo si todos estamos juntos.
Están también los otros parásitos y los separatistas – «hijos perdidos» (como son llamados por mis amigos, y aceptaré está definición ya que nos da esperanza sobre su futuro y porque Ucrania necesita de TODOS sus hijos), gente que se ha olvidado que son ucranianos… como en otras partes en nuestro país, desafortunadamente. Pero hay ucranianos, creencias, estilos de vida y acciones que corresponden a un concepto completamente diferente, que por una u otra razón no es usado con respeto por mis compatriotas. Quizás porque patriotismo es un fenómeno político y social, que de acuerdo con el diccionario, «tiene un significado social distinto dependiendo del período de la historia». Extraño…
Por lo tanto, ¿qué significa el patriotismo para ti?
Fuente: una mujer ucraniana, maestra, ciudad de Donetsk, EuromaidanPress, 4 de marzo de 2016