La celebración del 25º aniversario de la independencia de Ucrania en Madrid

En cualquier ciudad, en cualquier país, el parque urbano siempre ha sido considerado un centro de diversión y descanso. Madrid, por supuesto, no es la excepción, y menos teniendo tanta zona verde dentro de esta colorida e internacionalmente famosa megalópolis. Pero los días 17 y 18 de este mes más de un visitante habitual del parque de Berlín quedó sorprendido por unas actuaciones tan vivas las tardes de estos días. Madres con carritos, hombres con perros, parejas de enamorados y de ancianos, mucha gente de diversas nacionalidades se detuvieron enfrente del escenario para contemplar las alegres actuaciones.

¡Los ucranianos estaban de celebración! Celebraban una de las fechas más famosas de los libros de Historia de Ucrania: el día de la Independencia. Pero este año se celebraba un aniversario señalado: el vigésimo quinto aniversario de la recuperación de la independencia del yugo soviético.

Los 25 años son una fecha muy famosa en el mundo de las conmemoraciones. Pero en este caso era algo anormal. Con una guerra de por medio, una economía debilitada y un gobierno madrastra no ha sido fácil festejar. Sin embargo, el ambiente te susurraba todo lo contrario…

Como fotógrafo, padre y, ante todo, ucraniano, me acerqué a este evento los dos días. Aunque por asuntos laborales no pude presenciar la apertura del evento (cuando, al parecer, el escenario se compartía con artistas de habla hispana), estaba claro que en el aire la felicidad competía con la alegría. El escenario cambiaba constantemente de colores como la paleta de un pintor, pero en este caso manchada por trajes regionales ucranianos. Todo esto con una banda sonora compuesta por decenas de voces de distintas edades, en la que unos cantaban y otros aplaudían.

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Bailes típicos de las distintas regiones del país, canciones tradicionales y populares, declaraciones patrióticas y, cómo no, relatos humorísticos. Los puntos de actividad artística para los niños y de venta de artesanías ucranianas también despertaron un gran interés entre los paseantes de estas tardes. Al anochecer el evento culminó con bailes para todos, acompañados de música popular en directo. Y lo más curioso era que las letras de canciones populares ucranianas compuestas con ritmos modernos atrajeron a los visitantes de este parque, alegrándose así la tarde. Y así los dos días.

Ciertamente la imagen general del evento evidenció la enorme voluntad del pueblo ucraniano de demostrar que es un pueblo alegre, optimista y pacífico. A pesar de los baches del destino, demostraron que son una nación unida y con un gran futuro. Han dado una imagen de vida, lo que pude capturar con mi objetivo. Al final de este relato adjunto unas instantáneas del acontecimiento.

Y, cómo no, querría agradecer enormemente a los muchos niños que participaron en esta festividad. A todas las escuelas y asociaciones de ucranianos, a todas las personas públicas e instituciones gubernamentales que han hecho posible vivir esta celebración: muchísimas gracias.

Orest Antoshkiv

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