Siete escenas para piano y tinta.

Siete escenas para piano y tinta
Varsovia, septiembre de 1831. Las fuerzas rusas asaltan la capital. Al cabo de dos
días las defensas polacas colapsan y la ciudad es evacuada. Chopin, junto a un
sinfín de sus compatriotas, se ve obligado a huir de su país.
Kyiv, febrero de 2022, casi doscientos años después, el ejército ruso de nuevo ataca
una pacífica ciudad, esta vez con más fuerza, bombas y misiles, comenzando una
guerra a gran escala contra Ucrania y toda Europa. El presidente ruso Vladimir Putin
aterroriza al mundo con armas nucleares. Cada día, decenas de personas inocentes
mueren o resultan heridas en Ucrania.
Milagrosamente Kyiv resiste, y aún así la historia se repite, innumerables refugiados
tienen que abandonar su país para poder sobrevivir. Entre ellos muchos artistas,
igual que antaño Chopin, están obligados a buscar suerte en la Europa occidental.
¿Puede el arte cambiar las cosas? ¿Puede una melodía, una ilustración denunciar
una situación? La guerra destruye, destroza vidas y posibilidades. En este proyecto
un pianista ucraniano y un ilustrador español emplean el arte para hablar de la
resiliencia del ser humano frente a la adversidad.
Chopin al enfrentarse con una tragedia de tal magnitud, cambia para siempre su
manera de ver el mundo y consecuentemente su modo de escribir la música. En el
mismo año de la caída de Varsovia, comienza a crear las dos Polonesas op.26, las
majestuosas danzas que antes simbolizaban la gloria del pueblo polaco se
transforman en unos poemas llenos de dolor representando la propia rebelión del
compositor contra el destino.
En una especie de diario, Chopin anota: «¡Qué cosa más rara! Esta cama a la que
me voy ahora puede que haya servido ya a muchos moribundos, ¡y, quién lo diría,
no me disgusta hoy! ¿Quizás más de un cadáver haya yacido en ella…? – ¿Pero
qué cadáver está más muerto que yo ahora? – Un cadáver igual que yo no sabe
nada de su padre, ni de su madre, ni de sus hermanas, ¡ni de Tito! – No puede
hablar a los que lo rodean con su lengua. – Un cadáver está igual de pálido como yo.
Un cadáver está igual de frío…”
Esta sensación de fatalidad nunca más se irá de su alma y aparecerá en cada una
de las polonesas escritas a partir de ahora.
“Siete escenas para piano y tinta» es un proyecto basado en las siete polonesas
de Chopin op. 26, 40, 44, 53 y 61, en el que la música y la pintura se unen para
contar una historia abstracta que puede ser la de cualquier artista que se encuentre
hoy día en una situación de exilio, sufriendo de un aislamiento social y cultural junto
a un angustioso sentimiento de incertidumbre que acecha a todo refugiado.

Conforme se desarrolla la parte musical el ilustrador irá creando imágenes en
tiempo real que se transmitirán a una pantalla en el fondo del escenario. La música
evoca y la ilustración ilumina la historia.


El camino del exilio para Chopin empieza en Stuttgart, Alemania. Desde ahí él
escribe sus cartas más desesperanzadas y de su música emana la energía de
frustración, impotencia, a veces hasta rabia. De estos colores están teñidos las
Polonesas op.26. En la cartuja de Valldemosa (Mallorca, España), nacen las dos
Polonesas op.40. Chopin escribe a Fontana: ”Tienes una respuesta a tu carta
honesta y genuina en la segunda Polonesa. No tengo yo la culpa de ser como ese
hongo venenoso (…) Sé que no he sido útil para nadie, pero tampoco he sido muy
útil para mí mismo».
El sentimiento de añoranza por su país invade a Chopin cada vez con más fuerza y
sus polonesas se convierten en una especie de baladas donde aparecen tanto los
sombríos pensamientos sobre la crueldad del destino como las imágenes genuinas
traídas por los recuerdos de la infancia, la familia, la naturaleza del lugar natal… Así
son las Polonesas op. 44 y 53, escritas en Nantes, Francia. Además, en la Polonesa
op. 53, que a menudo lleva por nombre “Heróica», surge de nuevo la fe en un futuro
mejor, Chopin no pierde la esperanza. Incluso mucho más tarde, en 1848, escribe a
Fontana: «pero al final de todo está Polonia, espléndida, grande… en una palabra:
Polonia. Ese momento está cerca, pero no hoy. Quizás dentro de un mes, quizás
dentro de un año».
Termina su «viaje de las Polonesas» en París con la última obra del presente
programa, la Polonesa-fantasía op. 61. Esta pieza podría considerarse, sin duda
alguna, un resumen final de toda una vida de sufrimiento y, a la vez, de una
inquebrantable fe en la bondad humana. El musicólogo Arthur Hedley dice: «orgullo
por el pasado, lamento por el presente, esperanza por el futuro».
Este proyecto refleja la historia de una vida, una canción de dolor y esperanza a
través del arte. De alguna forma Chopin representa no solo a los artistas exiliados
sino a todas aquellas personas que mostraron, muestran y mostrarán una increíble
resiliencia a los traumas de la guerra.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: