El ultranacionalista rumano Călin Georgescu logró una sorprendente victoria en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del país, según los resultados oficiales publicados el lunes por la tarde.

Georgescu obtuvo el 22,94 % de los votos. Le siguió la candidata reformista liberal Elena Lasconi con el 19,18 %, superando por un estrecho margen al primer ministro de centroizquierda Marcel Ciolacu, quien obtuvo el 19,15 %, con una diferencia de apenas 2.700 votos.
«Muchísimas gracias por cada voto y por su confianza», declaró Lasconi, líder de la Unión Salvar Rumanía, tras conocerse los resultados el lunes. «Nos espera una batalla por el destino de Rumanía. Lo lograremos».
Por su parte, Georgescu afirmó que «la incertidumbre económica que ha durado 35 años y que ha sido impuesta al pueblo rumano se convirtió hoy en incertidumbre para los partidos políticos». En su primera reacción tras el cierre de las urnas, calificó los resultados como «un despertar asombroso» del pueblo rumano.
Extremadamente religioso y nacionalista, Georgescu centró su campaña en reducir la dependencia de las importaciones, apoyar a los agricultores y aumentar la producción nacional de alimentos y energía.
Además, cuestionó que la UE y la OTAN representen adecuadamente los intereses de Rumanía y afirmó que la guerra de Rusia contra Ucrania, país vecino de Rumanía, está manipulada por empresas militares estadounidenses.
En 2022, Georgescu declaró que el sistema antimisiles estadounidense ubicado en la localidad rumana de Deveselu formaba parte de «una política de confrontación» y no de medidas pacíficas, una postura que coincide con la argumentación del presidente ruso Vladímir Putin.
Aunque negó tener apoyo de Rusia, manifestó sentir afinidad por su cultura y describió a Putin como «un hombre que ama a su país». También expresó admiración por Hungría, destacando su habilidad para negociar en el ámbito internacional.
Ninguno de los principales candidatos consideraba seriamente a Georgescu como un rival. Sus posturas ultraderechistas parecían demasiado radicales, y su campaña, que se basó principalmente en TikTok, no era tomada en cuenta. Sin embargo, parece que el electorado rumano, en línea con tendencias globales, decidió votar en contra de los políticos tradicionales, lo que resultó ser la clave del éxito de Georgescu.
En la segunda vuelta, las posibilidades de este candidato son mínimas, ya que los votantes de todos los candidatos principales probablemente se unirán para evitar que un ultraderechista llegue al poder. Sin embargo, este es un ejemplo más del impacto destructivo de Rusia y de la notable presencia de su propaganda en el mundo democrático, atacando la eficacia de la UE y la OTAN.
Parte del contenido se ha tomado de El Politico.
