por Oles Buzyna, diario “Segodnia”, 16/06/2014
Estamos en una situación cuando el Presidente puede encontrar la lengua común con el Este. El avión derribado cerca de Lugansk equilibró por un momento en la conciencia de muchos residentes de Donbas el bombardeo de Sloviansk y ataques antiteroristas desde el aire al edificio de la Administración Estatal de Lugansk. La palabra “equilibró” suena horroroso. Se trata de las personas. Nunca he callado que no apoyo la operación militar en Donbass. Allí se puede negociar. Aunque el tiempo se pierde. Por ejemplo, en una de los programas del “Shuster live” el presentador concedió la palabra a su amigo Marco Franchetti, periodista del británico “Sunday Times”, quien estaba en el batallón “Vostok” (“Este”). Y el público se enteró de las palabras del periodista militar occidental, que los separatistas del “Vostok” en su mayoría son ciudadanos ucranianos. Se enteró, pero no lo entendió.
No sé si Petro Poroshenko oiga a los “separatistas”, pero ellos están esperando su palabra humana no granadas por sus casas. Los ciudadanos prorrusas del Oriente por un momento están sufriendo una desilusión en Putin, que tarda con “el guión crimeo” en Donbass. Después de la escapada de Yanukovich, el puesto del “padre psicológico” todavía sigue vacante. Pero el “padre” no debe asesinar a los hijos con los cañones. Estamos en un intermedio cuendo todavía se puede negociar. Ni los EEUU, tampoco Rusia pueden hacerlo por Ucrania. Se debe negociar por dentro del país. Si Yanukovich hubiera tenido coraje para hablar con Maidan nunca habríamos estado en la situación actual. Poroshenko ahora está en las mismas condiciones, pero ahora hace falta hablar con el Este.
