Wind of Change o ¿Por qué los ucranianos quieren un cambio?

El país que ya no existe
Si en algo tuvo éxito la Unión Soviética, fue en crear la ilusión de la igualdad. Supuestamente, todos eran iguales, ganaban igual y tenían las mismas posibilidades en lo que al desarrollo profesional se refiere. Todos tenían derecho a la vivienda, y no había que pagar por la educación ni sanidad. Lo que ningún libro de propaganda soviética mencionaba era que el soborno florecía a todos los niveles.

Que para que te muevan en la cola para recibir la vivienda que el estado te garantizaba tenías que buscar a alguien quien te ayudara haciéndole algún favor a cambio. Que si querías estudiar en una buena universidad había que pagar, por debajo de la mesa, con favores o comida si eras del pueblo y no tenías dinero.Que lo de todos son iguales era verdad, a excepción de los altos cargos del partido comunista que disfrutaban de todos los privilegios de los capitalistas, viajes al extranjero, chalets opulentos y ropa de marca incluidos. Mientras que había que hacer la cola para comprar lo que sea y la palabra déficit se escuchaba en cualquier conversación. Por llevar puesto un vaquero te podían poner en ridículo frente a todos tus compañeros de clase, porque » traicionas a tu patria». Si querías escuchar música del otro lado de la cortina de hierro había que hacerlo a escondidas, sin que te oigan y cuenten a los del partido lo que has hecho. ¿Había cosas buenas? Si, sin duda. Había una ingenuidad conmovedora en dibujos animados para niños, algunos alimentos que aunque fueran difíciles de conseguir sabían de maravilla. Había el sentido de compañerismo y sin duda alguna, cultura. Aunque lo último no sea el mérito del sistema, sino de la gente que creía en una bonita utopía. Han pasado más de veinte años desde que la URSS dejó de existir, y es hora de darse cuenta del porque a los ucranianos no le hace gracia volver a ser parte de semejante imperio, ni seguir con el curso político de los veinte años de la independencia.

Otra bandera, la misma ideología
El primer gobierno de la Ucrania independiente no lo tuvo fácil. Se encontró con el país en una ruina económica y una necesidad de cambiarlo todo, desde la constitución hasta la bandera. Cambió todo, menos la ideología. En los noventa la inflación y la corrupción alcanzaron unos niveles nunca vistos. El desempleo era tremendo, y peor aún era el hecho de que aún trabajando no cobrabas tu sueldo durante meses. Las regiones industriales de Ucrania fueron de las más afectadas. Los incontables accidentes en las minas, las duras condiciones de trabajo junto con el cierre de muchas fábricas eran sólo unas cosas que amargaban la vida a incontables familias. Coincidió con la falta de libertad de expresión, el asesinato del periodista V. Listjev en Rusia y de G. Gongadze en Ucrania. A los mafiosos de aquel entonces les estorbaban los que pensaban diferente y se atrevían a opinar en voz alta.

El primer intento de democracia
Pasó cuando la revolución naranja de 2004. Víctor Yuschenko fue el primer presidente que se preocupó lo suficientemente por la identidad nacional de Ucrania y desenterró las fantasmas del pasado, como la Hambruna que acabó con millones de ucranianos- el plan de Stalin para terminar con la nación desobediente y rebelde. La falta de acuerdo entre los políticos arruinó el sueño del mejor futuro que albergaban muchos. Fue entonces, varios años más tarde cuando Yanukovych aprovechó para llegar al poder, utilizando los votos del sector que le apoyaba- los trabajadores y mineros que se sentían desprotegidos desde hace años.

Queremos decidir
Para muchos los protestas en Maydan carecían de sentido. Muchos creían equivocadamente que se trataba de apoyar a ciertos políticos, a los EEUU o a la UE. Que con Rusia estaríamos mejor. Que las protestas son financiadas por potencias capitalistas. No volveré a repetir lo equivocados que están. Porque no saben lo que es vivir oprimidos durante décadas, perseguidos por querer ser quien eres y hablar el idioma que quieras. Lo que supone tener sanidad gratis pero pagar a cada enfermera para que te traten medianamente bien. (Y no culpo a las enfermeras porque el sueldo no les alcanza para vivir). Lo que es ser profesor universitario cobrando cien euros al mes, o una eminencia de cirujano con poco más que eso. Cansados del sistema podrido de sobornos, de mafiosos, de sinvergüenzas con los baños de oro hechos con el dinero de los pocos que pagaban impuestos a consciencia, queriendo cambios muchos, muchísimos salieron a las calles. Ucrania, el país que siempre vio amenazada su independencia por fin alzó la voz. Y no a todos les gusta. Muchos prefieren a los callados y obedientes, para que luego vayan a la guerra que sea, a defender el país que les ha dado de todo, menos la libertad, la de expresión incluida.

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