Los Ángeles de la Instytutska: cinco valientes que salvaban a los heridos en el Maidan

Ésta es una historia de cinco amigos que el 20 de febrero de 2014 bajo las balas de los francotiradores sacaban a los heridos y fallecidos activistas del Maidan. Los cinco chicos de Lviv han recibido el nombre de «Ángeles de la Instytutska».

Poniendo en riesgo su propia vida y salud, los chicos volvían una y otra vez a aquella calle. Milagrosamente, salieron vivos e ilesos.

Todos son estudiantes de Lviv: Igor Flyorko, 18 años (Ігор Фльорко); Pavlo Dyokin, 19 años (Павло Дьокін); Andry Sedler, 20 años (Андрій Седлер); Mykola Prytula, 20 años (Микола Притула) y Igor Galushka, 18 años (Ігор Галушка). Los chicos son amigos desde hace mucho tiempo. Son vecinos, juntos iban al colegio, juntos fueron al Maidan y juntos sobrevivieron.

Los chicos antes de los sucesos en la Instytutska. Foto de Facebook

En Lviv

Lo único que los llegó a afectar físicamente era el gas y las explosiones. Recuerdan sentir un zumbido en los oídos. Por otro lado, psicológicamente, era muy duro.

Estuvieron en el Maidan varias veces. Igor Galushka estuvo ahí en la noche del 30 de noviembre de 2013, durante la primera agresión de la policía.

Igor junto a sus amigos estaba durmiendo en una cafetería en el Maidan, cuando entró el Berkut (policía especial) y empezó a pegarles y echarlos de ahí. «Cuando salimos ya no había Maidan. Todo estaba rodeado con escudos. Había tres ambulancias llenas de gente. La policía les ponía multas por aparcar mal. ¡Era absurdo!»

A la pregunta de por qué fueron al Maidan, Igor dice: «No soy fan de la UE. Pero el pueblo mostró su punto de vista y yo quería apoyar a mi pueblo. Pensé que era mejor que yo recibiese los golpes que alguna de las mujeres. Después de la paliza se convirtió en una cuestión de honor».

Pavlo Dyokin recalca que ellos no pertenecen a ninguna organización: «Creo que la mayoría de la gente en el Maidan era simplemente gente normal».

Se hicieron famosos cuando una conocida de Mykola Prytula escribió sobre ellos en las redes sociales. “Yo necesitaba hablar con alguien. Se lo conté a ella y ella lo escribió. Le dije que eso sobraba, que no hicimos nada extraordinario».

«Hicimos lo que haría cualquiera en nuestro lugar. Si no lo hubiéramos hecho, no podríamos estar en paz con nuestra conciencia. Sabiendo que ahí mataban a gente, observarlo en silencio… yo no me lo perdonaría».

«Todo comenzó el día 20. Vinieron los chicos y dijeron que el Berkut ha comenzado a retirarse”. A la pregunta de por qué la policía comenzó a retirarse los chicos responden que creen que fue una trampa para reunir en lo alto a más gente. «La gente vio que el área estaba vacía y comenzó a subir a la calle Instytutska, que fue ahí donde los francotiradores abrieron fuego contra ellos», dice Pavlo.

A la pregunta de equipamiento los chicos se ríen. Pavlo solamente tenía una máscara, Andry tenía un casco de hockey y los demás tenían cascos y rodilleras. Solamente Igor Flyorko tenía un chaleco antibalas. También tenían un escudo, pero uno para los cinco.

«Las emociones comenzaron a mezclarse cuando vimos que a nuestro lado disparaban a personas. Entró miedo y ganas de retirarnos, pero había gente en el suelo que pedía ayuda».

«A unos dos-tres metros de nosotros había un chico. Se agachó y en ese momento el francotirador le dio en la cabeza. Nosotros estábamos mirándole… sonó un “bum” y se le voló la cabeza. Totalmente. Nunca me olvidaré de eso», dice Galushka.

Los chicos sacaban a los heridos y los llevaban al hotel “Ucrania”, entonces volvían a la Instytutska. Cuántas veces iban i venían, no lo recuerdan.

Después en los entierros llorábamos como niños pequeños. No podíamos aguantar las lágrimas. Ahí todos lloraban. Supongo que todo el país lloraba. Las lágrimas caían solas cuando veías a los padres, y también entendiendo que tú también habías estado ahí y sobreviviste. Esos podrían haber sido tus padres”, dice Prytula.

Cuando veíamos los vídeos no nos creíamos que habíamos estado ahí tantas veces y salimos ilesos. Incluso pensamos que Dios tendrá otros planes para nosotros”, recuerda Dyokin.

Cuando estaba ahí con ese pequeño escudo y casco entendí que no servían para nada. Oía y veía cómo las balas impactaban en la tierra, oía su silbido, oía gritos y la histeria. Da mucho que pensar”, dice Galushka.

Mientras los chicos estaban a un lado de la calle, Mykola Prytula estaba a otro. “Había dos baños. Me escondí detrás de ellos. Alguien se retiraba y me dio un escudo. Otros chicos ofrecieron formar una “tortuga” para ir a por los heridos. Tenía miedo. Pensé: ‘voy a recoger al herido y ya no vuelvo ahí’. Pero volvía otra vez. No sé por qué”.

Igor Flyorko salvando a Sergy Trapezun. Kiev. Instytutska. 20 de febrero de 2014

Prytula recuerda: “Cuando Igor sacaba a Sergy… había un chico más, al que supongo que mataron primero. Ya estaba muerto cuando nosotros llegamos. Éramos tres. Yo estaba en medio y a los lados tenía a dos chicos que no conocía. Creo que ellos eran amigos. Uno de ellos se retrasó un poco. Yo estaba sacando al chico fallecido, me molestaba el escudo y estaba mirando al suelo. El chico que estaba a mi lado gritó “¡Rostyk!”. Yo levanté la cabeza y vi una bala, y después otra… Rostyk ya no se movía, entendí que él ya no estaba. En ese momento, el otro chico recibió una bala en la pierna. No había nadie más a nuestro lado. Él herido, y el chico fallecido nada ligero… no entendía cómo íbamos a hacerlo, quedaban unos 60 metros hasta el hotel, pero lo conseguimos. Este chico vio cómo mataban a su amigo… Rostyk”.

Arrastramos al chico hasta los primeros peldaños. Le miré a los ojos… estaba muerto… se los cerré. Cuando entré al hotel, aluciné. Alguien se sujetaba el brazo, alguien la cabeza, a alguien le faltaba un ojo y todo estaba lleno de sangre. Todos gritaban. Era un infierno”.

Según sus palabras, los periodistas extranjeros estaba bien equipados, pero los ucranianos no tenían chalecos antibalas.

Los chicos no saben a cuánta gente sacaron. Andry Sedler dice que incluso dejaron de contar.

«Llevábamos a un hombre en una tabla de madera. Tenía heridas en la barriga. Había mucha sangre. Cogí la tabla, que estaba resbaladiza y pegajosa, se me llenaron las manos de sangre. Entonces, me llamó mi madre preguntando que dónde estaba. Le dije que al lado del escenario. Ella estaba viendo las noticias y vio que en la ambulancia cargaban a un herido que se parecía a mi, estaba preocupada”, dice Flyorko.

Les pregunto porqué creen que las balas no los tocaron. Me responden: “Se dice que la bala es tonta, nosotros, supongo que también lo somos, los menos se repelen”, bromea Galushka.

También hablamos de la geopolítica. Los chicos creen que el gobierno “es igual de tonto como lo fue antes”, porque la agresión de Rusia había que pararla desde el principio.

Les preguntamos: ¿cómo quieren ver Ucrania? Dicen que quieren que se cambie a los políticos, que haya justicia y castigo de los culpables.

Después de esos acontecimientos, sé que son mis hermanos, no amigos. Después de lo que hemos pasado estoy seguro al 100% que pase lo que pase en mi vida ellos me ayudarán, me cubrirán si hace falta”, dice Andry Sedler.

Fuente

Publicado por Anna Khrunyk

Traductora y revisora

Un comentario en “Los Ángeles de la Instytutska: cinco valientes que salvaban a los heridos en el Maidan

  1. ESOS CHICOS HEROES LO QUE NO SABIAN ES QUE LAS BALAS ERAN DE ESTADOS UNIDOS, FRANCOTIRADORES QUE SALIAN DE LA EMBAJADA DE USA, BAJO LAS ORDENES DEL EMBAJADOR Y CON LA AUTORIZACION DE POROSHENKO Y YATSENIUK. QUIENES ERAN LOS FRANCOTIRADORES? ERAN DE LA FIRMA BLACK WATER, EMPRESA DE MERCENARIOS DIRIGIDA POR MAC CAIN, Y BIDEN, LOS MISMOS QUE HOY SON DUEÑOS DE LA EX UCRANIA, HOY COLONIA DE ESTADOS UNIDOS. CHICOS UN ABRAZO, PERO NO VALIÒ LA PENA LUCHAR PARA DEFENDER LOS INTERESES DE USA. ALGUNA DUDA?

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