Otra vez había que enfrentarse al enemigo común, El Partido de las Regiones que ahora se llama «oppoblock», «kraeznavci», «vidrodzennya»…
Estas elecciones son ya las terceras después del Maidan. Prácticamente, sus resultados deberían haber terminado el proceso de la renovación del poder en Ucrania, justo lo que demandaban los adeptos de la revolución de la dignidad.
¿Ha ocurrido la renovación?
Pienso, que pocos responderán con certeza que sí.
Mientras las dos campañas anteriores daban la sensación de que Ucrania, aunque despacio y sin mucha decisión, se va del estatuto neo colonial y se aleja por fin de la zona de influencia de Rusia, pues en estas elecciones esta sensación ya no está presente.
Todo lo contrario, hay una sensación de que el barco estatal ha perdido el rumbo correcto y hay que retomarlo urgentemente.
La explicación esta en la superficie. En estas elecciones ha ocurrido el intento de reencarnar la fuerza pro-rusa mas grande que hace tiempo se llamaba El partido de la regiones, pero ahora tiene varios nombres ya que sus miembros se han colado en todos los huecos posibles de varios partidos.
Mucho y bastante justo se escribe sobre el Plan B de Putin, que tiene como objeto desestabilizar la situación política interna y económica en Ucrania. Pues, como resultado de esta desestabilización tenemos una avalancha de los muertos políticos del Partido de las regiones, que hayan decidido tomar la revancha para reconducir otra vez al país a la influencia del imperio Ruso.
¿Como pudo pasar esto? El escenario ruso escrito por los FSB podría ser parte de ello. Pero, la verdad, también la culpable es nuestra eterna pasividad y el no poder unirse en el nombre de los ideales superiores que son nuestra nación y estado.
Podrán decir que las elecciones de este año no tienen mucho peso político, ya que se ha elegido a la administración local que se ocupa por las calles limpias, canalizaciones, ascensores que funcionan y zonas verdes.
Pero pensar así es auto engañarse. Si no pasaría lo de Crimea y Donbas, si no existiría Putin y la «quinta columna», si tendríamos un estado Ucraniano fuerte con un ejercito y economía potentes, podríamos despreocuparnos del futuro del país y dedicarnos a pensar en administrar ciudades y pueblos y en la agricultura.
Tampoco hay que olvidar que la decentralización del poder, a la que todo el mundo ve casi como una panacea, tiene previsto la concentración de muchas funciones del poder y finanzas en las regiones. Si allí van a gobernar «los de antes» – puede pasar una desgracia.
Las elecciones de antes nos indican que hay posibilidades muy grandes en la mayoría de las regiones de Ucrania de formar los organismos autónomos pro estatales. Asimismo ninguna de las fuerzas pro estatales va a tener la mayoría absoluta, lo que significa que hay que hacer pactos.
Los problemas del Este y Sur no han desaparecido. El mayor de ellos es Donbas. Podemos justificar el fracaso de las elecciones en Mariupol hasta el infinito. Pero no es el signo del poder. Por desgracia, es el signo de la debilidad del gobierno ucraniano.
Por lo menos seis regiones tendrán que enfrentarse a un enemigo obvio – el Partido de las regiones, que ahora se llama «oppoblock», «kraeznavci», «vidrodzennya» etcétera. Son los frutos de la incertidumbre en los primeros días de la victoria del Maidan que estamos sembrando ahora.
Seria una exageración decir que la idea Ucraniana ha vencido en estas elecciones. Pero tampoco ha sido el triunfo de Putin.
La sensación general es que Ucrania esta parada.Esta pensando. Pero esto no puede durar mucho. Esta pausa esta a favor del enemigo, en este caso de Rusia. Y solo de los Ucranianos depende como va a seguir el avance de nuestro país. Y si todo depende de nosotros, pues no tenemos derecho a equivocarnos.
Bogdan Chervak– el dirigente de la organización de los nacionalistas ucranianos (OUN).
Fuente: Raviosvoboda