Crimea. Militares traidores

Alejandro Barreiro:

Bueno, hoy me gustaría hablaros de los militares que traicionaron a su nación – aquellos militares que abandonaron a su ejército a las primeras de cambio para unirse al ejercito de otro país que ni siquiera les atañe. Aquellos militares que en los primeros días de ocupación cambiaron sus uniformes por el uniforme del ejército ruso, que pasaron a cobrar más dinero por servir a un país que no es el suyo y en algunos casos fueron ascendidos a empleos superiores – como el Jefe de la Armada Ucraniana el Almirante Denis Berezovski.

En España, cuando juramos fidelidad, nos remitimos a la ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del personal de las Fuerzas Armadas, que estable la siguiente fórmula: “¡Soldados! ¿Juráis por Dios o prometéis por vuestra conciencia y honor cumplir fielmente vuestras obligaciones militares, guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, obedecer y respetar al Rey y a vuestros jefes, no abandonarlos nunca y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?”. Los soldados contestamos: “¡Sí, lo hacemos!”. Lo mismo se repite en otros ejércitos o algo parecido, siempre se juran fidelidad a la bandera, al país y al pueblo o Constitución. Y eso es lo que hicieron todo los militares desplegados en Crimea, desde el soldado más reciente, hasta el oficial más antiguo, y también lo hizo el Almirante Denis Berezovski.

Ahora, yo me pregunto, si un exmilitar ucraniano que se pasó al bandos ruso, ahora va a visitar a su familia sea en Ternopil, Poltava, etc., qué habría que hacer con él. Lo suyo seria internarlo en un penal militar y condenarlo por traición porque es lo que ha hecho, traicionó a su país para hacerse mercenario de una nación enemiga. Y si el traidor es mando, tiene doble de culpa, porque a cuanta más responsabilidad mas condena debería de tener. Lo que está claro es que estos traidores habrán mejorado su forma de vida… pero y sus familias? Tienen que llevar el estigma de que sus familiares se comportaron de una forma deleznable llena de vileza y olvidándose de que ellos se beneficiaban pero sus familias no? Siempre serán marcadas con el estigma de ser familiares del traidor de su barrio.

En fin, como dice una copla militar española que viene aquí al dedillo:

Por España; y el que quiera

defenderla honrado muera;

y el que traidor la abandone

no tenga quien le perdone,

ni en tierra santa cobijo,

ni una cruz en sus despojos,

ni las manos de un buen hijo

para cerrarle los ojos.

Artículo escrito por Alejandro Barreiro