Lesia Ogryzko: Para empezar, yo no llamaría Referéndum el voto en Crimea. La resolución del Parlamento de Crimea no tiene ninguna legitimidad, es contraria a lo que dicta la constitución y el derecho internacional. Hay muchas pruebas que demuestran que se trata de un referéndum ficticio. Por ejemplo, los rusos que venían a Crimea han votado en el referéndum con sus pasaportes rusos. El porcentaje de la participación es también ridículo, parece como una votación en Corea del Norte. Los tártaros – una minoría étnica en Crimea, han boicoteado el referéndum y también muchos ucranianos. Por eso, los casi 97% – me parecen una cifra ficticia. Según los datos del los tártaros en Crimea, supuestamente datos del Federal Servicio de Seguridad de Rusia, la participación en este voto era menos de 35 %.
No podemos olvidar que el Primer ministro de Crimea se autoproclamó como tal, se trata de un hombre de partido que solo obtuvo un 4% en las últimos elecciones que tuvieron lugar en la península. Por lo tanto yo no llamaría lo que ha pasado en Crimea un referéndum, es completamente ilegítimo desde muchos puntos de vista y por supuesto no es representativo. No había tampoco representantes de organizaciones internacionales para monitorear este ¨pseudo-referéndum¨, en el que por cierto había muchas falsificaciones. Cualquier resultado de cualquier referéndum ilegítimo no tiene ningún valor judicial. El pseudo-referéndum en Crimea es completamente ilegal. Esto es también la posición oficial del gobierno de Ucrania y todo el mundo democrático. Por eso, de jure, Crimea sigue formando parte de Ucrania.
Pero es necesario decir, que no sería la primera vez que las fronteras en los países post-soviéticos de facto sufrieran cambios. Tenemos los precedentes de Abjasia, Osetia del Sur y Transnistria, donde Rusia intervino también. Pero la forma en que Rusia lo ha hecho, por supuesto, puede ser un precedente, como lo fue el caso de Kosovo. El pseudo-referéndum en Crimea es un peligro para el Este de Ucrania, donde Rusia empieza a usar los mismos medios y provocaciones que en el caso de Crimea. Además, los rusos están posicionando las tropas en la frontera este y norte de Ucrania, que es una señal de que Rusia no se va a parar aquí. Rusia quiere desestabilizar todo el país, Crimea es solamente el principio. Los próximos territorios son los del este de Ucrania: Donetsk, Kharkiv, Lugansk – regiones con muchos ruso-parlantes (pero no necesariamente pro-rusos) donde Putin puede usar esta excusa.
En el contexto europeo, este pseudo-referéndum es una amenaza para el este de Europa, especialmente para los países Bálticos que tienen minorías rusas también debido al hecho que Rusia usa la misma excusa de proteger a sus compatriotas en estos países. Putin usa la categoría “compatriota” como la excusa para proteger a la gente en diferentes países. Según la retórica rusa un compatriota es alguien que se auto define como ruso, alguien que habla ruso, o alguien que tiene raíces rusas. Este Estado no se basa en ningún marco legal y esto es una de las amenazas más grandes para los otros países del Este de Europa.
También, es necesario decir, que si la UE y EEUU van a permitir la anexión de Crimea, serán responsables de todas las repercusiones internacionales que puedan ocurrir después. Éste hecho se puede entender como una colaboración con Rusia en su intención a cambiar el sistema de seguridad y el sistema internacional en general.
Artículo escrito por Lesia Ogryzko – voluntaria de conUcrania e investigadora en el centro analítico FRIDE.

