Polonia Oriental

Dice la historia que la Segunda Guerra Mundial comenzó con la invasión de Polonia por parte de la Alemania de Hitler, verdad a medias, porque la historia no quiere mencionar que la Unión Soviética invadió la parte oriental del pais polaco, como consecuencia del pacto secreto entre ambos paises. Occidente le declaró la guerra a Hitler pero no a Stalin.

Uno de los pactos más inesperados y sorprendentes que hayan firmado dos paises a lo largo de la historia, es sin duda alguna el pacto firmado el 23 de Agosto de 1939 entre la Alemania de Hitler y la Unión Soviética de Stalin, históricamente conocido como Pacto Ribbentrop-Molotov. El asombro en todos los países del Planeta Tierra fue mayúsculo, pues una alianza entre la Alemania Nacionalsocialista y la Unión Soviética era lo último que cualquier ser humano podía imaginar. Dos maneras enfrentadas en sus ideas de concebir el mundo.

Nadie podía pensar lo que dentro del Pacto Germano-Soviético se hallaba, una serie de artículos secretos que incluían el reparto de Polonia para ambos países, además Adolf Hitler dejaba manos libres a la Josif Stalin para invadir Estonia, Letonia, Lituania, Finlandia y la Besarabia en Rumanía, territorios que juntos totalizaban los 23 millones de habitantes. Aquel acto sería un claro caso de agresión y Crimen contra la Paz.

El 1 de Septiembre de 1939 Alemania invadió Polonia y el 3 de Septiembre Gran Bretaña, Francia y la Commonwealth declararon la guerra al Tercer Reich. La campaña polaca fue un éxito para los alemanes que no tardaron en subyugar a los polacos ante la impotencia de los Aliados. Entonces, en un acto que causó estupefacción mundial, la Unión Soviética atacó Polonia el 17 de Septiembre de 1939 desde el este, alegando querer defender las minorías ucranianas y bielorrusas de violentos polacos. Por temor, nadie declaró la guerra a la URSS, pero aquel hecho fue uno de los mayores crímenes contra la paz cometido por los soviéticos.

Al terminar la campaña polaca los germano-soviéticos habían obtenido una victoria militar contundente. El país fue repartido a partes iguales: desde el Río Bug, al oeste para Alemania y hacia el este para Polonia, esta última región incorporada a la República Socialista Soviética de Ucrania y a la República Socialista Soviética de Bielorrúsia respectivamente.

Los prisioneros del lado soviético alcanzaron los 230.000 soldados polacos, de ellos 15.000 oficiales. Siberia, Arkángel, Kazakhastán y el Lejano Oriente fueron los destinos de todos los prisioneros de guerra polacos, albergados en gulags, cárceles o campos de concentración. La matanza más famosa de estos hombres capturados fue la Masacre de Katyn en la que resultaron asesinados de un tiro en la nuca 25.700 oficiales, políticos e intelectuales polacos con el fin de privar a la nación de una futura élite militar y cultural. Aunque menos conocido, peor fue el destino de los soldados rasos polacos, pues lentamente perecerían de frío o por torturas en gulags 148.000 de ellos, sobreviviendo sólamente 87.000 de los 230.000 iniciales.

Dentro de la Polonia ocupada quedaron 12 millones de habitantes que perdieron toda su identidad nacional y cultural para sufrir una violenta rusificación. Todos los funcionarios, políticos, profesores, intelectuales, comerciantes, empresarios, industriales y un gran sector de la Iglesia Católica, fueron detenidos y enviados a los gulags de Siberia. Se condenó a penas de campos de concentración a 11.309 antiguos policías polacos y a 347 viejos espías. La cifra llegó a alcanzar los 381.000 civiles deportados, entre los que murieron 100.000. También otras 30.000 personas resultaron fusiladas de manera independiente.

Uno de los gestos de la URSS estalinista hacia la Alemania Hitleriana dentro de la Polonia ocupada fue la entrega de 570 comunistas alemanes del Partido Comunista Alemán (KPD) a la Gestapo, justo en la frontera entre la URSS y el Tercer Reich, todos ellos víctimas de la Gran Purga de 1937.
El Parlamento Europeo propuso declarar el 23 de agosto, en memoria del pacto Molotov-Ribbentrop, el Día Europeo en Recuerdo de las víctimas de todos los regímenes totalitarios y autoritarios.
