El Castillo de Oleskyv

Continuamos con los artículos sobre seis castillos místicos de Ucrania occidental, las terribles historias escuchadas por sus paredes y los padecimientos de sus víctimas. Hoy es el turno del Castillo de Oleskyv, el cuarto en la serie.

El Castillo de Oleskyv se encuentra situado en la ciudad homónima, pequeña y pintoresca ciudad de la región de Lviv o Leopolis en Ucrania occidental. Es uno de los castillos más antiguos de Ucrania, estando en el pasado en la frontera de dos países: Lituania y Polonia. Los gobernantes de ambos países luchaban por la posesión de esta magnífica construcción  de piedra.

También debe su importancia histórica a que en él nació Yan Sobeskiy, Rey de Polonia a mediados del Siglo XVII. Cuenta la leyenda que cuando su madre estaba dando a luz hubo una tormenta muy fuerte y que un rayo partió la mesada de mármol donde se encontraba el bebé por la mitad. Ello fue valorado como una señal mística.

Nuevamente en 1951 el castillo fue alcanzado por un rayo, lo que provocó un enorme incendio. A pesar de ello, el edificio se mantuvo en pie, aunque gran parte de sus paredes se encontraban muy deterioradas por el paso del tiempo. recién en las últimas décadas fue restaurado prácticamente desde las ruinas.

Los guardias que custodian el castillo por la noche cuentan que constantemente sienten la presencia de fenómenos desconocido cuando cae la obscuridad. Ruidos extraños, sombras y siluetas casi transparentes son percibidos también por los perros de guardia. En realidad el castillo de Oleskyv tiene sus fantasmas o un fantasma, que pertenece a algún fallecido en este sitio que no puede encontrar la paz. Una de las más verídicas versiones dice que el fantasma es el alma de Adam Zholkevskiy.

Hacía tiempo ya, el joven Adam estaba enamorado de la hija de uno de los dueños del castillo, Marianna Danylovych. Al ser rechazada por el padre su petición para que apruebe el matrimonio, ahí mismo se clavó una navaja en su corazón. No fue sepultado en el cementerio, sino que fue arrojado al barro cerca de las paredes del castillo como suicida. Su alma quedó entre dos mundos, ya que su cuerpo no fue enterrado con los ritos religiosos.  Por eso, el casi transparente espíritu de Adam no abandona el castillo, haciendo ruidos, suspirando y asustando a los conocedores de la belleza del Castillo de Oleskyv.