El Castillo de Kremenets

Kremenets – es una ciudad de Volyñ, extremadamente hermosa y con muchos monumentos arquitectónicos, edificios históricos y bellos santuarios. Kremenets está rodeado por siete montañas. Pero la más conocida es el legendario monte Bona. En la parte superior del cual hasta ahora alardean las ruinas del imponente castillo condal.

La fortaleza es muy antigua, el año de su fundación se perdió entre los siglos XI y XIII. Desde aquel tiempo ha visto muchas batallas sangrientas y enterrar miles de fallecidos. El castillo fue demolido y reconstruido, posteriormente otra vez demolido hasta que quedaron de él solo las piedras de aquella poderosa estructura que tenía una legendaria fama.

La leyenda más conocida del castillo es la reina Bona. Al recibir un generoso regalo de su marido Sigizmund I, la italiana se apoderó de él a mediados del siglo XVI. Increíblemente hermosa, inteligente, ambiciosa y… cruel mujer. Esta crueldad está envuelta en las impactantes leyendas que una tras otra acreditan a la propietaria las peores y demoníacas características. Era así en realidad o sólo es un invento, está claro que la Reina – extranjera – no era querida. Una de las versiones es que ella fue la principal culpable de la muerte de sus dos nueras, que la descendencia familiar no estaba en sus planes políticos.

Existen datos que una de ellas murió de una enfermedad oncológica, otra tenía epilepsia; quién sabe si no puso la mano en esto la reina. Las atrocidades increíbles de la reina Bona Sforza, de las que cuentan las leyendas, explican el pacto que tuvo con el diablo. Según el pacto, la mujer quería conseguir la eterna juventud. Cuentan que para conseguir esa meta, la Reina durante mucho tiempo sacrificaba las chicas vírgenes de una manera muy cruel: las llevaban al piso más alto del castillo y las tiraban abajo donde habían palos afilados clavados en el suelo. La Reina se bañaba en esta sangre, absorbiendo la hermosura y juventud. Otra historia cuenta de los baños de sangre de los bebés.

Posiblemente, los que cuentan están inventando, pero las leyendas no aparecen así porque sí, algo debió haber pasado. Dicen que alguien mató a la reina Bona Sforza de Aragón, envenenándola, y otros le han dado fama de reina sangrienta y cruel. Pero la gente la recuerda menos por sus buenos actos y sus inteligentes decisiones políticas, que en aquellos tiempos dieron muchos beneficios para la ciudad Kremenets.