“Estamos en una realidad donde rusia está en guerra con Occidente, pero Occidente no está en guerra con rusia” — Lesia Ogryzko

Lesia Ogryzko, experta en relaciones internacionales y seguridad global, participó en dos foros importantes: el European Forum Alpbach en Austria y el GLOBSEC en la República Checa. En estos eventos, se discutieron temas clave como la seguridad global, el cambio climático, la tecnología, la inteligencia artificial y la energía.

Lesia fue ponente en cinco paneles y compartió en su Facebook algunas ideas destacadas de otros participantes:

  • rusia es un problema solo para Ucrania. Estamos en una realidad donde rusia está en guerra con Occidente, pero Occidente no está en guerra con rusia.
  • Desinformación y guerra híbrida: en Occidente están empezando a entender que las noticias falsas y la desinformación son solo el comienzo de lo que llamamos guerra híbrida o cognitiva. rusia ataca los puntos débiles de las democracias, aprovecha las divisiones internas, compra a las élites y medios de comunicación, y ataca a las instituciones occidentales. Aunque se empieza a notar esta guerra híbrida, no hay una solución clara sobre cómo contrarrestarla.
  • No hay llamamientos a una defensa agresiva ni a respuestas directas. (Todavía no entiendo cómo estos dos puntos, que se contradicen, pueden coexistir en la mente del europeo medio).
  • Aproximadamente un tercio de las sociedades occidentales ha caído en la retórica radical, muchas veces cercana a los sentimientos prorrusos, lo que está cambiando el panorama político en Europa. Los sectores moderados no saben cómo enfrentar este fenómeno.
  • Orbán, Fico, Vučić y otros siguen el Zeitgeist (espíritu de la época), pensando que el «proyecto europeo» está llegando a su fin, y buscan alianzas con regímenes autoritarios, creyendo que ellos dominarán este siglo.
  • Incluso nuestros amigos más cercanos creen ciegamente en la posibilidad de una rusia democrática, como si solo cambiar a putin fuera suficiente. No parecen darse cuenta de que una democracia así nunca ha existido en ese país. Sin embargo, prefieren ser optimistas antes que enfrentar la realidad.
  • En muchas sociedades occidentales, se nota una sensación de decadencia: pérdida de confianza en su liderazgo y en sus propias capacidades, quejas y falta de energía para impulsar un cambio. Como lo describió Joschka Fischer, el político alemán: «La UE parece una persona muy vieja, lenta y rica que se encuentra sola en un barrio peligroso de noche. Muchos querrán aprovecharse de esa situación».
  • Para no terminar con una nota negativa, hay un contraste positivo en Ucrania: ahí es donde encuentran lo que les falta: fe, voluntad para defender sus ideales, coraje y la capacidad de reír a pesar de todo. La unidad de los ucranianos, su sociedad civil y sus Fuerzas Armadas son una fuente de inspiración para muchos. Sin darse cuenta, Ucrania proyecta este poder blando hacia el exterior.

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