Artículo por: James Oliver
Los ucranianos sufrieron al menos el 40% de las pérdidas de la URSS en la Segunda Guerra Mundial. El concepto historiográfico soviético de la «Gran Guerra Patriótica», sin embargo, comete grandes errores de percepción sobre el rol de los ucranianos y ahora está siendo utilizado como un instrumento de propaganda para alimentar la guerra en Donbas. En nuestra serie «Comprender el papel de los ucranianos en la Segunda Guerra Mundial» tratamos de descubrir el papel olvidado de los ucranianos que vivieron tanto en Ucrania como en el extranjero durante la guerra más letal del siglo 20.
El 11 de abril de 1935, un documento titulado «Declaraciones Valiosas» fue publicado como traducción para los altos mandos del ejército polaco. El autor fue Wsiewołod Zmijenko, un general polaco de origen ucraniano que había servido en Odessa durante la guerra polaco-soviética de 1920. Su obra fue un intento de ver el Holodomor como lo que era a pesar de la niebla de desinformación soviética. «El gobierno soviético», escribió «firmemente niega la hambruna en Ucrania. Esta fue la base para rechazar la [oferta] de organizaciones europeas para traer ayuda humanitaria. La difusión de la información sobre la hambruna fue calificada de calumnias [por la URSS]. […] Las cartas de los condenados a muerte por inanición no fueron de ninguna ayuda, ni los informes de los corresponsales, ni las fotos traídas de Ucrania con grandes dificultades y riesgos. Todo fue negado; la evidencia material fue descrita como un complot de la burguesía contra el estado proletario. […] Hasta el momento la prensa ucraniana y extranjera estaba llena de todo tipo de información sobre las consecuencias de la hambruna en Ucrania. Números de 10.000.000, 6.000.000 y 2.000.000 víctimas fueron citados, pero el gobierno [soviético] se negó a aceptarlos. Hoy en día, tampoco lo acepta y probablemente nunca lo admitirá oficialmente”. [1]
Es un hecho lamentable que estas palabras sean verdad aun hoy en día. Con Putin, la historiografía rusa del Holodomor se ha desencajado para adaptarse a visiones glorificadas de la Unión Soviética. En la práctica esto significa que la negación del Holodomor es promovida desde la cúpula de la academia rusa. No son sólo meros hombres como Viktor Kondrashin con quien he tratado y que simplemente elige lo que le agrada, sino que también hombres como Andrei Marchukov cuyo trillado negacionismo es aparentemente suficiente para asegurarle la posición de «investigador principal del Instituto de Historia Rusa de la Academia Rusa de Ciencias» en la Rusia actual. [2]
La historia, nos guste o no, es un arma de la propaganda y Occidente ha dejado prácticamente solos a los ucranianos para hacer frente a la historia distorsionada de Putin. En cuanto al Holodomor, ha existido legislación en Ucrania desde 2006 que reconoce el Holodomor como genocidio, así como la negación de este como una delito penal, al igual que negar el Holocausto es un delito penal en Israel. Sin embargo, las legislaciones de este tipo fueron marginadas bajo el gobierno de Yanukovich, quien buscó alinear la historiografía de Ucrania para que coincida con la del Kremlin. Por esta razón en la Ucrania post-Yanukovich, una dosis más fuerte de la medicina que la que se administró en 2006 se estimó necesaria para salir del pasado soviético. El 9 de abril de este año, un proyecto de ley fue aprobado en la Rada Suprema que abrirá y desclasificara archivos de la KGB en Ucrania. No hay duda de que el impacto que esto va a tener sobre futuros libros sobre la historia de Ucrania será profundo.
Los vientos de cambio que ayudaron a realizar este proyecto de ley se podrían haber sentido el año pasado cuando la amapola roja se convirtió en el símbolo de la conmemoración de aquellos que murieron durante la Segunda Guerra Mundial en lugar de las cintas de color naranja y negro de la orden de San Jorge, y el día de recuerdo marcando el final de la Segunda Guerra Mundial se cambió del 9 al 8 de mayo.
Para un lector occidental acostumbrado a la historia de la Segunda Guerra Mundial esto puede parecer trivial, pero no lo es. En mayo de 1945 Alemania firmó dos actos de rendición. En la madrugada del 7 de mayo Alfred Jodl, en nombre del gobierno nazi firmó un acto de rendición con Eisenhower en su oficina en Reims, Francia. Sin embargo, porque no hubo personal soviético presente en la ceremonia de entrega, Stalin exigió que se celebrará otra en Berlín el 8 de mayo, donde Wilhelm Keitel fue ordenado firmar un documento de rendición a Georgy Zhukov. En el momento en que el documento había sido firmado la rendición, la medianoche había pasado en Moscú y ya era el 9 de mayo. La Commonwealth británica todavía conmemora el día VE el 7 de mayo, pero la mayor parte de Europa lo hace el 8 de mayo y Rusia el 9 de mayo. Bajo la tutela soviética y ahora la de Putin en Moscú, esta fecha se ha convertido en una exposición regular de papel de la URSS en «La Gran Guerra Patriótica» y una exaltación de «patriotismo» de Rusia empaquetado en la llamada «lucha de Rusia contra el fascismo» entre 1941- 45. Y las cintas de la orden de San Jorge antes mencionadas son parte de eso. Es posible que hayan sido prohibidos por Lenin por sus connotaciones zaristas, pero fueron reinstauradas por Stalin durante la Segunda Guerra Mundial. Se han mantenido como un símbolo de la guerra y el nacionalismo ruso desde entonces.
En Ucrania como parte de su intento de romper con su legado soviético, el término «Gran Guerra Patriótica» ha caído a favor de conmemorar la Segunda Guerra Mundial más plenamente. En palabras de Volodymyr Viatrovych, director del Instituto Nacional de la Memoria de Ucrania, «Para nosotros la Segunda Guerra Mundial comenzó el 1 de septiembre de 1939, y no tenemos el derecho de limitarla a la Gran Guerra Patriótica, ya que fue mucho más horrible y trágica».
La historiografía rusa por el contrario permanece cegada en «La Gran Guerra Patriótica». Como resultado, la realidad de la alianza soviético/Nazi que existió entre 1939 y 1941 ha sido borrada de la conciencia pública rusa. Cabe destacar que la cuenta de twitter de RT.com dedicada a la Segunda Guerra Mundial no menciona lo que pasó en ese periodo, que es, en esencia, un tercio de la duración del conflicto que llamamos la Segunda Guerra Mundial.
El 23 de agosto de 1939, los ministros de Asuntos Exteriores alemán y soviético, Joachim von Ribbentrop y Vyacheslav Molotov firmaron el llamado «pacto de no agresión» con un protocolo secreto acordando repartirse Europa Central y del Este en «esferas de influencia» imperialistas. Sin embargo, de acuerdo con la propaganda nazi y soviética lo que ocurrió después, no fueron actos del imperialismo, sino más bien la «liberación» de los pueblos supuestamente oprimidos y «mantenimiento de la paz.» En el mismo día que se firmó el pacto Molotov-Ribbentrop el Ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels lanzó esta película para la audiencia nacional dando a entender que los alemanes étnicos de Polonia necesitaban protección frente a actos de supuesta barbarie polaca.
El 17 de septiembre de 1939, la URSS haría lo mismo. A medida que el Ejército Rojo se preparaba para cruzar la frontera polaco-soviética, Wacław Grzybowski, embajador polaco en Moscú recibió una nota que indica que las poblaciones de Bielorrusia y Ucrania de Polonia necesitaban ser liberadas de un «quebrado» gobierno polaco a quien la nota acusaba de iniciar el conflicto en primer lugar. [3] El 03 de septiembre 1939 Gran Bretaña y Francia declararon la guerra a Alemania en apoyo de Polonia aunque no conseguirían cumplir sus compromisos morales y legales con Polonia. A pesar de esto, la prensa oficial soviética acusó a los británicos y los franceses de belicistas en 1939. El 30 de septiembre 1939 un editorial de Pravda escribió que «No hay justificación para una guerra entre Francia y Gran Bretaña por un lado, y Alemania en el otro, una guerra que no tiene sentido. Corresponde a Francia y Gran Bretaña poner fin a una guerra que se inició en contra de la voluntad de sus pueblos «. El 01 de octubre 1939 otro editorial escribió que» la hostilidad que los imperialistas belicistas [que significa Gran Bretaña y Francia] han fomentado entre los dos grandes países de Europa [es decir, la URSS y la Alemania nazi] ha acabado.” El 30 de noviembre 1939 Stalin dio una entrevista a Pravda en la que fue citado diciendo «No fue Alemania quien atacó a Gran Bretaña y Francia, sino que fue Gran Bretaña y Francia quien atacó a Alemania.»[4] No esperes ir a una biblioteca pública en Rusia y ver artículos Pro-Alemania nazi como estos producidos entre 1939-1941. Desde la Segunda Guerra Mundial han sido destruidos para preservar el mito de la URSS «anti-fascista».
Como sugiere la nota a Grzybowski, los ucranianos se vieron atrapados por la Segunda Guerra Mundial desde el principio. En este caso fueron utilizados como excusa para la invasión de Polonia por la URSS, pero la historia del papel del pueblo de Ucrania en la Segunda Guerra Mundial se remonta a antes de esto. Para entender por qué es necesario comprender que las tierras que llamamos la actual Ucrania eran algo más que la RSS de Ucrania. Antes de 1939 las partes de lo que hoy llamamos Ucrania estaban también bajo las administraciones de Rumanía, Polonia y Checoslovaquia.
En su ápice, la invasión de la URSS de Hitler logró tragar por completo la totalidad de Ucrania, así como Bielorrusia, mientras que sólo una parte del oeste de Rusia fue conquistada. Por esta razón, los bielorrusos y ucranianos fueron proporcionalmente mucho más afectados por la Segunda Guerra Mundial que los pueblos rusos.
Una muestra de lo que estaba por venir para el pueblo de Ucrania en la Segunda Guerra Mundial se produjo a través de la disolución de su Estado. El 15 de marzo 1939 Hitler invadió la mayor parte de lo que quedaba de Checoslovaquia después de la anexión de los Sudetes en septiembre de 1938, proclamando el «protectorado de Bohemia y Moravia.» Esta acción dejó su provincia más oriental, Cárpato-Ucrania, públicamente al borde del abismo, aunque en privado Hitler permitió a su aliado, Hungría, apoderarse de la provincia. El 16 de marzo, Avhustyn Voloshyn, un obispo y político declaro que Cárpato -Ucrania era un Estado independiente. Sin embargo, esta «independencia», sólo iba a durar un puñado de horas antes de que los húngaros se anexionaran Cárpato-Ucrania el 17 de marzo, pero no sin resistencia armada. Cientos de ucranianos murieron luchando contra los húngaros. Más de 1.000 ucranianos escaparon a Bratislava. Más tarde se encontrarían en campos de concentración alemanes. [5] Voloshyn escapó a Praga y sobrevivió hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando fue arrestado por la NKVD y ejecutado en Moscú. [6]
La historiografía convencional de la Segunda Guerra Mundial dice que los polacos fueron los primeros en luchar porque en septiembre de 1939 fue el Estado polaco quien se encontraba luchando por su independencia. Como parte de esa lucha Polonia movilizo soldados ucranianos. A mediados de la mañana del 1 de septiembre de 1939, los contingentes avanzados de la 4ª y 36ª brigadas Panzer alemanes intentaron apoderarse de las ciudades fronterizas polacas de Wilkowiecko y Mokra, fueron rechazados por los hombres de la Brigada de Caballería Wołyńska. Esta resultó ser una de las pocas batallas defensivas con éxito para los polacos y se logró debido al contingente de Ucraniano en la Brigada de Caballería Wołyńska, con hombres como Konstantin Kosyanchuk y Konstantin Benyuk quienes fueron galardonados con el «Virtuti Militari» por sus heroicos actos en este día. En total, la Wehrmacht de Hitler llegaría a enfrentarse con más de 100.000 soldados ucranianos durante la invasión de Polonia. Con el nuevo énfasis de Ucrania en cubrir los acontecimientos de 1939-1941, tal vez estos hombres recibirán finalmente la atención que merecen. También vale la pena destacar que según Pavlo Shandruk (quien también ganó un «Virtuti Militari» y de quien hablare más adelante) antes de la invasión soviética de Polonia: «El Estado Mayor era consciente de una posible invasión rusa y tenía previsto organizar una defensa de Galicia; para este propósito dos brigadas Ucranianas se crearían bajo mi mando.» [7] Sin embargo esta propuesta no llegó a suceder ya que era demasiado tarde para salvar Polonia en 1939.
Los ucranianos en el oeste
Después de la derrota de Polonia en 1939, muchos ucranianos que habían servido como parte de las fuerzas armadas polacas, siguiendo a sus homólogos polacos, huyeron a Francia a través de Rumania y Hungría y luego a Gran Bretaña a través de Dunkerque. Uno de estos hombres fue Wladyslaw Chciuk. Nacido en Drohobych el 6 de junio de 1915. Durante la batalla de Polonia en 1939 se había hecho un nombre como piloto de caza antes de unirse a los franceses como parte del «Escuadrón de Montpellier» después de su evacuación a través de Hungría y los Balcanes. Después de terminar su lucha en Francia, fue a Gran Bretaña y se unió a la fuerza aérea polaca bajo el mando de la RAF como parte del 308º Escuadrón «Cracovia». No estaba solo. Otro ucraniano que emprendió un viaje similar era Michael Oparenko. Nacido en Kiev en 1915, después de la caída de Francia fue evacuado a Gran Bretaña y se unió a l 307º Escuadrón «Lvov». [8]
En total, casi 17,00 hombres sirvieron como parte de la fuerza aérea polaca en Gran Bretaña. De ellas, la lista de los ucranianos o personas nacidas en Ucrania es bastante extensa. La contribución de Ucrania al esfuerzo de guerra británico ha sido casi olvidado en Gran Bretaña, en parte debido a que estos ucranianos simplemente fueron contados como polacos en el momento y en la actualidad los esfuerzos polacos también han sido casi olvidados. Porque al final de la guerra se desarrolló un sentimiento anti-polaco. En un debate parlamentario el 20 de marzo de 1946 Ernest Bevan dijo a la cámara de los comunes «Nunca he disfrazado nuestra firme convicción de que, en nuestra opinión, deben volver con el fin de desempeñar su papel en la reconstrucción de su derruido país.» Salvo que no había país al que volver. Los polacos y ucranianos que volvían de nuevo a la URSS fueron sistemáticamente condenados como «fascistas» y rápidamente deportados a gulags. La izquierda pro-soviética británica hizo eco de estos sentimientos y ayudó a asegurar que aquellos que habían luchado heroicamente por Gran Bretaña no sintieran bienvenidos allí. Además, el gobierno británico promovió la negación de la masacre de Katyn, así como excluyendo los polacos (y ucranianos que lucharon con ellos) del desfile de la victoria el 8 de junio 1946 en Londres para celebrar la derrota de los nazis, sobre la excusa de no ofender a Stalin. Sin embargo, a pesar de la hostilidad británica, muchos polacos y ucranianos se quedaron. Oparenko por ejemplo, que se convirtió en padre fundador de la «Asociación de los ucranianos en Gran Bretaña.»
El 30 de julio de 1941, a la luz del cambiante clima político a raíz de la invasión de la URSS por parte de Hitler, Wladyslaw Sikorski, jefe del gobierno polaco en el exilio firmó un acuerdo con los soviéticos que supuso la creación de un ejército polaco en el territorio controlado por los Soviéticos bajo el mando del gobierno polaco en el exilio. El 12 de agosto Stalin firmó la llamada «amnistía» para aquellos en la URSS que podían probar que eran en realidad ciudadanos del antiguo estado polaco. Antes de 1941 Stalin había deportado 1,5 millones de ciudadanos polacos, la mayoría de los cuales terminaron como prisioneros en Siberia y Kazajstán. La «amnistía» ofreció una oportunidad para escapar, sin embargo, para las minorías de Polonia, como los ucranianos y bielorrusos que la URSS pretendía «liberar» en 1939 hubo obstáculos que superar en la presunción de Stalin de que ambos grupos eran ciudadanos soviéticos, no polacos. [9] A pesar de esto, muchos bielorrusos y ucranianos lograron pasar y se unieron al nuevo ejército polaco dirigido por Wladyslaw Anders. En 1942 Stalin, cada vez más descontento con los polacos en la URSS, permitió la evacuación del ejército polaco hacia Oriente Medio. Pasarían el resto de la guerra junto a los aliados occidentales. El II Korpus Polski formado de estos evacuados se ganaría la distinción por su papel en batallas como el asedio de Tobruk durante la Campaña del Norte de África y Monte-Cassino durante la campaña de Italia, y tenía una clara presencia Ucraniana. Según Yuri Shapoval, una octava parte de todos los hombres que sirvieron bajo Anders eran ucranianos.
El 22 de julio 1944 un joven ucraniano con el nombre de Vasily Porika encontró la muerte en los campos de Arras. En 1942 había sido capturado en los combates del frente oriental por los alemanes e internado como prisionero de guerra en Beaumont en el norte de Francia. Allí pasó su tiempo construyendo activamente vínculos con la resistencia francesa antes de escapar en julio de 1943. Después de una recaptura y encarcelamiento en Saint-Nicaise logró una segunda fuga y en abril de 1944 se convirtió en un líder activo en la resistencia con el alias de «Teniente trueno» hasta su muerte apenas 3 meses más tarde. Por sus acciones, Porika ha recibido a título póstumo el título de «Héroe de la Unión Soviética». [10] De ninguna manera era el único Ucraniano en luchar con la resistencia francesa. Bajo circunstancias muy diferentes, el 27 de agosto de 1944, un par de batallones de Ucrania reclutados por los alemanes en Galicia y que estaban destinados a luchar contra los partisanos franceses en nombre de los alemanes se pasaron a la resistencia francesa. [11] Después de la guerra la mayoría de estos ucranianos no volvieron de nuevo a la URSS puesto que Stalin los perseguiría por su colaboración con los alemanes. Muchos se alistaron como parte de la legión extranjera francesa. Desde la Segunda Guerra Mundial se han desatado debates sobre si el reclutamiento en la LEF durante la década de 1940 permitió a los criminales de guerra evitar la persecución. Una cosa que no está en duda es el contingente judío en la LEF que en la Segunda Guerra Mundial ayudó a combatir contra los alemanes. Uno de los Judíos Ucranianos más famosos que sirvió en la LEF fue Sholom Schwartzbard famoso por su asesinato de Simon Petliura.
Cada año, en el pequeño pueblo francés de Les Martres-de-Veyre hay una ceremonia para honrar la memoria de Pedro Dymtruk o «Pierre le Canadien» como se le conoce localmente. Un ucraniano nacido en Canadá que había servido en la Real Fuerza Aérea Canadiense antes de unirse a la resistencia francesa. El 9 de diciembre de 1943 fue fusilado por los alemanes por actividades de sabotaje, tal era su notoriedad por ser a la vez un extranjero y un participante activo en la resistencia que los alemanes considera que su ejecución era suficiente para romper el espíritu de la resistencia local. Sin su fama es probable que todo el pueblo de Les Martres-de-Veyre donde fue capturado habría sido masacrado junto con él. Ha sido galardonado a título póstumo con la «Croix de guerre».
Hay un montón de historias sobre los ucranianos que lucharon en el oeste, cada uno con su propio contexto, así como hay un montón de historias sobre los ucranianos en el Ejército Rojo o en el hogar. Y si se incluye la diáspora ucraniana al otro lado del Atlántico el tema se vuelve muy amplio. Otro miembro de la diáspora ucraniana que ha recibido mucha atención es Nicholas Oresko por sus acciones en el ejército de Estados Unidos contra los alemanes. No todos los ucranianos pueden verse bajo la misma luz (y menos aún bajo la que intenta proyectar el Kremlin) y en los próximos posts voy a ayudar a mostrarlo al compartir algunas de las historias de la gente de Ucrania en la Segunda Guerra Mundial.
[1] W Zmijenko, «declaraciones valiosas.» Citado en J Bednarek y otros, «Polonia y Ucrania en la década de 1930 – 1940, Documentos Desconocidos de los Archivos de los Servicios Ssecretos. Holodomor La Gran Hambruna en Ucrania. 1932-1933» No 216, p576-79.
[2] Sobre Marchukov y su negación del Holodomor. Ver mis comentarios aquí.
[3] República de Polonia: Ministerio de asuntos exteriores. «Documentos oficiales relativos a las relaciones polaco-alemanas y polaco-soviéticas, 1933-1939.» No 179, P191-2.
[4] Estos artículos del Pravda se citan aquí.
[5] N Davies, «Reinos Olvidados: La historia de la Europa medio olvidada», P631.
[6] N Davies, «Ibid», P631.
[7] P Shandruk, «Armas de Valor», CH19. Consultado aquí
[8] Una breve biografía de Chciuk se puede encontrar aquí y de Oparenko aquí
[9] Para más detalles, ver Y Gutman, «Judios en el Ejército del general Anders en la Unión Soviética», en Yad Vashem.
[10] Una biografía de Porika se puede encontrar aquí
[11] Para más detalles, ver R Soribey, «Ucranianos luchando por Francia»
Traducción al español de : Fuente
Algo que no me quedo muy claro es algo que lei una vez sobre los ucranianos que se unieron a los nazis… no encontre mucha informacion sobre eso…y me surgio la duda gracias a que mi bisabuelo escapo de ucrania en 1945, segun mis abuelos »para huir de la guerra», pero segun tengo entendido fueron los nazis los que huyeron al final de la guerra… por que sino, de que huirian? Y mi familia no quiere hablar sobre el tema…. No entiendo mucho.
Me gustaMe gusta
Los ucranianos no se unieron a los nazis, es más, el Ejército Insurgente Ucraniano, por ejemplo, lucho contra la Unión Soviética, la Wehrmacht alemana y la resistencia polaca. Es un tema controvertido del que cuesta encontrar información imparcial. Quizás alguno de mis compañeros pueda aportarte algún link con más información.
Sobre la huida de tu bisabuelo, las causas pueden ser muy diversas: huir de la represión por sus ideas políticas, su conexión con grupos de la resistencia o simplemente para buscar una vida mejor. Las causas pueden ser muy variadas, pero la respuesta solo la sabe tu familia.
Espero que encuentres las respuestas que buscas.
Me gustaMe gusta
Parte de los nacionalistas ucranianos que apoyaban a Bandera simpatizaban con los nazis, es mas muchos de ellos fueron reclutados por los Einzatsgruppen alemanes (escuadrones que realizaban fusilamientos) para participar en la masacre contra los judios. Por otro lado hubo quienes se unieron en las SS alemanas y la rama mas radical que queria una «ucrania libre» apoyo la masacre contra los polacos en la provincia de Vohlinia
Me gustaMe gusta