En el Reino de la Rus’ de Kyiv, el fresco era el método principal de decoración de interiores de iglesias. Mientras que los mosaicos al estilo bizantino estaban limitados a la parte central de la iglesia, los frescos cubrían los lados de las ábsides, bóvedas, columnas y muros de las naves laterales y, algunas veces, incluso los soportes de los arcos, las galerías, nichos y portales exteriores.

En Bizancio, los mosaicos nunca se mezclaban con frescos en el mismo edificio, por lo que ésta es una práctica única, original ucraniana, en la que se lograba obtener la armonía estética al utilizar los mismos colores dominantes en tanto mosaico como frescos.
Los ejemplos más famosos de este sistema decorativo se encuentran en las catedrales de Kyiv, como la de Santa Sofía (Enlace) que data del 1037,y la Catedral del Monasterio de San Miguel de las Cúpulas doradas, que data de mediados del siglo XII.

Y, después de la primera mitad del siglo XII, los frescos remplazaron casi por completo a los mosaicos en la decoración de los interiores de las iglesias. El juego más completo de frescos de este período se encuentra en la Iglesia de San Cirilo, en el Monasterio consagrado al mismo santo, en Kyiv (enlace).
Pero veamos un poco más sobre este estilo pictórico artístico a continuación:
La pintura en fresco
El fresco es un método para pintar con pigmentos en polvo resistentes a la erosión por la cal, sobre muros recién enyesados. Antes de que los colores se apliquen al yeso fresco, generalmente se trazaban de primero las líneas principales de la composición en la capa anterior de yeso.
Los orígenes de la pintura en fresco en Ucrania se pueden remontar a hasta el siglo IV antes de Cristo. En ese entonces ya decoraban residencias privadas, así como edificios públicos y tumbas de los colonos griegos y escitas, especialmente a lo largo de las costas del Mar Negro.

Fue durante unas excavaciones arqueológicas en Kerch, en la tumba de Demetrio que se descubrieron frescos del siglo 1 a.C. Fue un fresco pintado en uno de los sarcógafos de piedra, que representa un estudio artístico, actualmente preservado en el Museo de la Ermita en San Petersburgo.
Además de las dos corrientes artísticas de frescos mencionadas en la introducción, una diferente fue representada por los pintores que decoraron la Catedral de la Asunción en el Monasterio de las Cuevas de Kyiv, que databa del siglo XI, pero lamentablemente fue destruido por los soviéticos en 1941, aunque reconstruida en la década de los 1990s.

Los frescos de la Catedral de Santa Sofía están pintados sobre un yeso base de dos capas, de entre 1.5 y 2 cm de espesor, reforzado con paja picada. El frío azul, el blanco, púrpura y verde son los colores que predominan tanto en frescos como en mosaicos, creando un ambiente reverencial. En la ábside principal, cerca del mosaico de la Orante, la Madre de Dios, los frescos representan varias escenas de la vida de la Madre de Dios y sus padres, como por ejemplo la Anunciación; los eventos principales de la vida de Jesús aparecen en la nave central, como el descenso al infierno. Y otra serie de frescos que tratan con el ciclo Cristológico adornan el segundo nivel.
Son de particular interés los frescos seculares: episodios de la vida cotidiana, eventos en los hipódromos, escenas de caza, músicos, acróbatas y juglares (llamados skomorojy en ucraniano) están representados en las dos torres. Además, en la nave principal, se ven retratos del Rey Yaroslav El Sabio y sus hijos.

El ornamento prevalente, que consiste de espirales trenzadas de paja, trabajadas en patrones geométricos, reaparecen en otros frescos de los siglos XI y XII en Kyiv, Chernihiv y Novgorod.
Los frescos sobrevivientes en la Catedral del Monasterio de San Miguel de las Cúpulas doradas, como el de la Anunciación, sugieren que el interior originalmente fue decorado con colores más brillantes y que los caracteres fueron representados de acuerdo con distintas convenciones artísiticas que las que se utilizaron en la Catedral de Santa Sofía; por ejemplo, los Apóstoles en el mosaico del santuario, carecen de aureolas.

Los Apóstoles representados durante el siglo XI y XII que se encuentran en frescos como el de la Iglesia de San Miguel, también conocida como el Templo de Yuriy, en Oster, cerca de Pereiaslav, están retratados de manera similar, pero en una paleta más cálida de colores, dominando el rojo y el ocre. La aparición de características de la localidad en la representación de los caracteres, sin embargo, enlaza a estas figuras más cercanamente con aquéllas halladas en la Ccapilla de San Nicolás en Horiany en la Transcarpatia.
Fragmentos de frescos de las siguientes catedrales en Chernihiv, también lograron preservarse: la Catedral de la Transfiguración, que data de principios del siglo XI, con la representación de Santa Tecla, o la Catedral de los Santos Boris y Hlub, la Catedral de la Asunción en el Monasterio Yeletskyi, en donde se encuentra una Orante, o la Iglesia del Viernes Santo.

En Pereiaslav, durante las excavaciones en la Catedral de San Miguel (que había sido construida en 1089), se encontraron trozos de frescos; también en la Iglesia del Salvador en Posada, y en otras más.
Pasada la primera mitad del siglo XII, los frescos habían remplazado casi completamente a los mosaicos en la decoración de interiores de iglesias. El juego más completo de frescos de este período está, y muy bien preservado, en la iglesia de San Cirilo, en el Monasterio consagrado al mismo Santo, en Kyiv, aunque también en la Iglesia de la Transfiguración en Berestove, en la que fue descubierto en los 1970s el fresco de «El Pescador Milagroso». En la iglesia de San Cirilo se nota la influencia del estilo artístico de los balcanes. Los frescos que representan los Sacramentos de la Eucaristía y las Ordenes Sacras que se pueden encontrar bajo la tradicional virgen de Orante en el ábside del altar y, como en Bulgaria, son imitaciones de iconos colgados.

Sobre los muros y bóveda del nártex, a la entrada, aparecen las primeras pinturas del Juicio Final y escenas del Apocalipsis conocidas en Ucrania. En contraste con las figuras idealizadas de los frescos de la Catedral de Santa Sofía, las figuras del Monasterio de San Cirilo, representan las características de los pobladores locales. Los colores son brillantes y cálidos, dominando el ocre y el rojo, como en «La Presentación en el Templo».
Las bóvedas y muros están cubiertos con numerosas escenas que representan un nuevo tipo de arte decorativo, muy característico de la escuela de pintura sacra del siglo XII en Kyiv. Se nota claramente, a partir de numerosos monumentos, que en este período el reino de Chernihiv, el de Pereiaslav, el de Halychyná, y Volyn, ya tenían sus propias escuelas de pintura sacra. Se han conservado algunos fragmentos de frescos del siglo XIV que demuestran que para este siglo ya se utilizaban las mismas técnicas utilizadas en la escuela Kyivana.

Dentro de los mejor preservados de los siglos XIV y XV, se encuentran los frescos en las iglesias polacas de Sandomierz, Sieradz, y también en Cracovia, todas ejecutadas por maestros ucranianos, probablemente de Halychyná y Volyn; los frescos de la Capilla de la Santísima Trinidad en Lublin, realizados en 1418 por un grupo de entre nueve y diez pintores bajo la dirección del Maestro Andrii; los frescos de la Catedral de Sandomierz realizados en los 1430s; las pinturas de la Catedral del Colegio de Wiślica que datan del siglo XIV, realizados por el maestro Hail; y las pinturas de la Capilla de la Santa Cruz en la Catedral de Wawel en Cracovia, que datan de 1470. En todas estas iglesias los frescos, basados en la tradición Bizantina, se integran hábilmente con la arquitectura gótica del interior.
Más dramáticos, y también más dinámicos que los modelos bizantinos, a menudo parten de escenas convencionales. Se notan las influencias de Europa Occidental en la iconografía. Los colores vívidos de los frescos son complementados por los ornamentos florales geométricos. La síntesis de la pintura tradicional ucraniana junto con el estilo gótico es particularmente exitosa en la Capilla de la Santa Cruz en Wawel.

Dentro de los monumentos del siglo XV se encuentran algunos frescos parcialmente conservados, en la Iglesia del Monasterio de San Onufrio en Lavriv, en la cual la Madre de Dios es la figura central, representada de diversas maneras, en particular como la protectora, modelada en base a la Madonna de Europa Occidental. Estas pinturas altamente ornamentadas son similares, en lo que respecta al estilo, a los frescos de Wiślica y de Sandomierz, y a los de la Iglesia de la Dormición en la aldea de Luzhany en Bukovyna.
El desarrollo de la pintura del fresco fue detenida por la expansión de las iglesias de madera y el uso de técnicas más simples de pintura en la decoración de edificios seculares. Hubo intentos de revivir la técnica del fresco, pero hasta el siglo XX, cuando varios artistas retomaron la técnica, estudiándola. Dentro de estos artistas están Tymofii Boichuk, Kyrylo Hvozdyk, A. Ivanova, Oleksander Myzin, Oksana Pavlenko, Ivan Padalka, Vasyl Sedliar, Mykola Rokytsky, y Manuil Shekhtman, en el estudio de Myjailo Boichuk en el Instituto Estatal de Arte en Kyiv.

Los artistas listados en el párrafo anterior tomaron parte en la composición de muchos frescos en Kyiv, los que representan la vida cotidiana de obreros, y semejan a las pinturas folclóricas y los iconos de los siglos XVII y XVIII; una serie de frescos en el Sanatorium de los Campesinos en Odesa, creados en 1928, muestran la vida cotidiana y trabajo de los campesinos; los frescos en el Técnico de Mezhyhiria tekhnikum (Sedliar y Pavlenko); y los frescos en la Aldea de los Niños en Kyiv, que data de 1924, realizados por Dmitrii Shavykin e I. Zhdanko. Muchos frescos en «secco» y pinturas en témpera en murales del Edificio de Prensa, o en el Club GPU y la Cámara Oriental de Comercio, realizados por varios artistas en cada uno, muestran influencia de la escuela de Myjailo Boichuk.
Bajo la dirección de Lev Kramarenko, I. Zhdanko y Yurii Sadylenko fueron decorados con frescos los muros de la sala de conferencias del edificio de la Academia de Ciencias de Toda Ucrania, en 1930. Los últimos frescos de Boichuk, en los que colaboró con Sedliar y Padalka, fueron pintados en el Teatro Ucraniano de Drama Chervonozavodskyi en Járkiv, en 1933 y 1935. Todos estos tres artistas fueron acusados formalmente y perecieron en el exilio. La mayoría de sus obras fue destruída y, luego de ésto, la técnica del fresco declinó enormemente en Ucrania.


(Imagen fija:Fresco en el Monasterio pochaiv en Ternopil)
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