Olesya, 21 años, vive en la región de Ternopil ( Kremenets). Fue a Maydan el 4 de diciembre.
La última vez que fue a Kiev estaba en octavo curso, Los estudiantes se enfrentaban a la Berkut el 30 de noviembre, La primera vez que estuvo en la ciudad fue por cinco días y solo habló con la gente. En general, durante todo este tiempo Olesya fue a Kiev y regresó a su casa más de 10 veces. Ella trabajó como voluntaria en la cocina, y el 31 de diciembre estaba de voluntaria con el equipo médico; es enfermera de profesión. El 19 de enero estaba trabajando en la calle Hrushevskoho cuando se produjo un agravamiento de la situación. “ En la noche del 20, cayó una granada. El ruido era ensordecedor y me quedé aturdida. Fue la primera vez que sentí miedo”
Oleysa resultó herida; tenía dolores de garganta y tos . Regresó a su casa para seguir el tratamiento, y una vez repuesta regresó a Kiev. El 17 de febrero fue dada de alta en el hospital local y al día siguiente volvió a Kiev. El 19 por la mañana ya estaba en Maydan haciendo guardia durante todo el día y toda la noche hasta las 04 a.m. “Acababa de llegar y quería hacer algo más” dice Oleysa. El 20 de febero se despertó a las 8,oo h. Un voluntario del equipo médico dijo que ese día ella no debía trabajar; Olesya desobedeció. Se fue al monasterio Michael a recoger medicamentos porque quería llevarlos a la clínica, cerca del árbol de Navidad. De regreso se detuvo en la puerta Lyadsky, donde se encontró con unos amigos. Miró el reloj; eran las 11,37 h. A las 11.40 h. disparó un francotirador. “ En un momento, vi sangre en las manos y me di cuenta de que se moría” , dice un voluntario. La bala le dio en el cuello , por donde entró y salió. Rápidamente la metieron en un ambulancia. En su bolsillo había un teléfono móvil y una entrada rápida para las redes sociales””se moría”
Después de la cura, se dio cuenta de que había ocurrido un milagro y sobrevivió. Oleysa no quería hablar con sus padres y al día siguiente iba a volver a Maydan, pero su madre lo sabía todo. Llegó a Kiev y permaneció todo el tiempo acompañando a su hija en el hospital. Ahora vuelven juntas a casa.
Con respecto a la salud de Oleysa: la bala rozó las glándulas salivales. Hacer desaparecer esa horrible cicatriz no podrá ser antes de seis meses. Oleysa planteó fotografiar la cicatriz para que el mundo pudiera ver lo que hicieron a la gente. Oleysa una vez curada y recuperada completamente quiere estudiar medicina en la universidad de Bogomoltsa en Ucrania.