Nadiya Savchenko, es una oficial ucraniana que fue capturada cuando iba a sacar los soldados heridos de un coche blindado el día 20 de junio en este de Ucrania, al día de hoy sigue cautiva.
Tiene 33 años de edad y es originaria de Kyiv.
Tiene el cargo de Mayor Teniente del ejército ucraniano. Es la única mujer-piloto del bombardero Su-24M del país. También es navegante de helicópteros de combate Mi-24. Luchó como voluntaria en el este de Ucrania, en el batallón «Idar».
Quería saber más de esta persona y encontré una entrevista del año 2009, que me pareció interesante. Aquí tenéis la traducción de la entrevista del año 2009:
Nadiya Savchenko:
Puedo estar cinco días sin dormir y siete sin comer.
Por Galina Kozhedubova para «Facty» (Jarkóv)
Para conseguir su sueño de ser piloto militar Nadiya Savchenko tuvo que servir en Fuerzas Aerotransportadas, era la única mujer-francotirador ucraniana en las Fuerzas de paz en Iraq y recibió un permiso personal del Ministro de Defensas para estudiar en la Escuela Superior de Pilotos, que terminó en 2009.
En agosto 40 cadetes-pilotes de la Universidad de las Fuerzas Aéreas que tiene nombre de Ivan Kozhedub en Járkov – superaron con éxito los exámenes del estado. Entre aquellos que recibieron las mejores notas estaba la única chica del curso Nadiya Savchenko. Para entrar en la élite del ejército ucraniano – aviación militar, muchacha tuvo que terminar escuela militar de Fuerzas Aerotransportada, servir en Iraq y presentar informe para admisión varias veces, antes de que pudiera convertirse en una estudiante de esta universidad. Durante los estudios a esta chica con carácter directo y rebelde intentaron a expulsar de la universidad por considerar que «no era apta para ser piloto». Pero ella luchaba por su sueño y al final logró su objetivo.
«Si quieres estudiar, antes tienes que servir un año en las fuerzas armadas» – dijo un general.
Desde que tengo memoria, siempre me ha gustado la altura y la velocidad – con estas palabras Nadiya Savchenko me confesó su amor hacia el cielo. – Tengo la sensación de que siempre amaba el cielo, desde la primera vez que lo vi de cerca cuando tuve cuatro años. Se me grabaron en la memoria las nubes parecidas a las dunas de arena. Un sueño de volar me transmitió un amigo que estaba enfermo del cielo toda su vida, pero dijo que no le admitirían en una escuela de vuelo, porque tenía seis empastes en los dientes. ¡¿Imagínese que requisitos ponían antes a la salud de los futuros pilotos?! Si tienes seis empastes ya no sirves…
– ¿Ahora los requisitos de la comisión médica son diferentes?
La Comisión médica sigue siendo muy estricta. La salud debe ser perfecta. Rechazan, por supuesto, a muchos. Aunque tener seis empastes en los dientes hoy ya no es un obstáculo. Lo más importante – tienen que estar sanos todos los órganos internos, especialmente el corazón.
De lo que iba – mi amigo me transmitió el amor por el cielo cuando tuve 17 años. Fue entonces cuando decidí que quería ser piloto. Un largo tiempo buscaba las instituciones públicas donde se preparan los pilotos. Y encontró en Járkov la Universidad de la Fuerza Aérea. Al llegar a presentar los documentos, los hombre con estrellas grandes en sus charreteras me dijeron: «Tienes un problema – eres una chica.» Contesté enseguida: «Pero cunando estas pilotando una aeronave con que uno tiene que pensar – ¿con la cabeza o con lo que tiene entre las piernas?» – «Encima eres una grosera. Se acabó, adiós. Este no es un sitio para Usted». Después de eso me presentaba a esta institución durante cuatro años consecutivos. En el puesto de control me decían: «No hay mujeres en el ejército y sobre todo en la aviación.» A lo que respondía : «No es cierto, las hay.» En cuarto año por fin conseguí una cita con un general que me advirtió: «Si quieres estudiar, sirve un año en el ejército.»
Inmediatamente me inscribí en el ejército ucraniano. (En medio de estos intentos de aprender a volar Nadia terminó la carrera de diseñador de ropa y un año estudiaba le periodismo en la Universidad de Kiev – Autor) Primero fui enviada a servir como una operadora de radio y durante cuatro meses trabajé, se puede decir, de un contestador automático. Pero este servicio no era para mí en absoluto. Decidí que en ningún otro lugar no iba estar tan cerca del cielo como en las tropas aerotransportadas. Fui a preguntar al comandante del batallón. Pero en aquel entonces se formaba el primer batallón del contrato y las mujeres, como Usted imagina, no eran bienvenidas.
Para deshacerse de mí, el comandante del batallón me dijo, «niña, 15 kilómetros de carrera con una mochila paracaidista de 15 kilos. Corres con los chicos por la nieve. Si eres capaz de seguirlos – te contrataré». Le dije: «Bueno» – y en una semana fue trasladada.
– ¿Cómo los hombres tomaron su aparición?
Cuando llegué por primera vez se reían de mí y decían: «Mirad. Una más. ¿Quién la lleva? «No me hubiera sorprendido que incluso apostaron por mí. Pero cuando empecé a mostrar mi interés a las armas, las tácticas y las ciencias del combate, los chicos me tomaron más en serio. Los primeros me aceptaron los del servicio de inteligencia. Si te aceptan ellos – te aceptarán todos los demás. Por supuesto, al principio trataron de ponerme en la oficina para escribir papeles, pero conseguí que me trasladaron a una compañía de combate.
Así empece a servir en las fuerzas aerotransportadas. Allí empece amar las Fuerzas Armadas. Allí me dieron la base, la fuerza que me permite aguantar el resto del servicio. Corrimos por los campos, cogimos las ranas, disparaba de todo tipo de armas… Allí me di cuenta de lo mucho que soy capaz. Puedo dormir durante dos horas al día ayudando limpiar los baños por la noche, puedo correr, marchar durante cuatro horas en la plaza en un chaquetón y el sombrero de pieles. Puedo estar cinco días sin dormir y siete sin comer.
– Nadiya, ¿de donde saca estas fuerzas?
Creo que viene de mis padres. Cuando mi madre estaba embarazada, trabajaba hasta el último día en el campo, además trabajaba duro – cortando las coles. Cuando la regañaban por esto ella contestaba: “Su madre está trabajando, su padre está trabajando, el bebe tiene que trabajar también”. Sé que mi madre por el invierno salía a buscar la leña debajo de la nieve para encender la estufa en la casa . ¿Como puedo después de ver este ejemplo decir que mi vida es dura? No entiendo cuando uno se pone lloriquear por las heridas en las piernas hechas por las botas. Cuando corríamos todos juntos, yo nunca caía la primera, la última – si.
«Las situaciones más difíciles en la vida creé yo misma – con mi carácter»
– ¿Como sus padres tomaron su decisión de servir en el ejército?
Desde que tengo memoria siempre he sido muy terca y mis padres lo saben. Por lo tanto prefieren no discutir. Cuando fui a Iraq, era necesario presentar una autorización de los familiares por escrito. Por cierto, para muchos hombres es un problema y para solucionarla, cogen una muchacha cualquiera, le pagan $500 por un matrimonio ficticio, y después esta chica como su esposa le da permiso para servir en Iraq. Yo hice así: preparé todos los documentos, llevé mi madre al notario y le dije: «Pon una firma.»Mamá empezó a llorar: «¿Cómo quieres que envíe a morir mi niña con mis propias manos …?» Pero yo le dije: «Mamá, tienes dos hijas, incluso si pasa algo conmigo, tienes otra persona para quién vivir. Sabes lo que soy muy terca, así que no llores y firma los papeles». Ella firmó.
– ¿Porque decidiste ir a Iraq?
Una vez de terminar un año de servicio en las fuerzas aerotransportadas, llegó de nuevo a Jarkóv para solicitar la admisión en la escuela de vuelo. Pero me dijeron: «Has estado de servicio demasiado poco.»Volví a Zhitomir, donde estaba nuestra compañía, y me enteré que nos envían a Iraq. Decidí ir con ellos. En Iraq estábamos medio año. Me di cuenta de que era el único sitio donde los soldados pueden llevar a cabo su trabajo directo – no hay necesidad de recoger colillas o lavar inodoros. El único problema – cuando estás sola, y al lado tienes un batallón de los hombres «hambrientos». Pero para mí era seguro de dormir en una habitación con 25 hombre porque yo sabía que si uno pierde el control, lo pararían los demás. Quería ser para ellos como un amigo y al final me terminaron de aceptar como tal.
– ¿Recuerda su bautismo de fuego?
A juzgar por mis sentimientos, no lo tenía. Mi servicio estaba lleno de muchos eventos, pero yo estaba preparada. Psicológicamente nunca tuve miedo. En Iraq era un francotirador. El recuerdo más emocionante es una tormenta en el desierto. Allí la tierra es de color terracota y cuando empieza la tormenta se levanta el polvo que lo cubre todo alrededor de un sólo color. La belleza es tal que una vez apenas tuve tiempo de bajar del tejado a cubierto – no podía dejar de mirar.
– ¿Estaba en las situaciones difíciles?
Sólo las que creé yo misma. Es que no quiero ser un piloto cualquiera, quiero ser un piloto militar. Podría volar en la aviación civil desde hace mucho tiempo. Pero entonces mi felicidad no sería completa.
– ¿Cómo le fue después de Iraq? ¿Le aceptaron inmediatamente en la universidad?
El permiso para entrar en la universidad conseguí a través del Ministro de Defensa. Y asistí felizmente dos cursos. Y entonces me echaron del servicio de vuelo. Pero me conseguí que me aceptaron otra vez.
– ¿Tenía algún problema?
Como dije, tengo un carácter fuerte. Los hombres, especialmente los pilotos, son vanidosos. Tuve un conflicto, y bastante ridículo, con el deber en el comedor de oficiales. No cedí y pagué por ello. Empecé a recibir reprimendas por todo, incluso por el incumplimiento de uniforme – es cuando no me puse calcetines porque no estoy acostumbrada a usarlos. Me echaron con las palabras que «no era apta para ser piloto» después de que alguien apagó mi radio antes del vuelo. Imagínese: salgo a la pista, solicito el despegue y no me contestan, porque alguien apagó mi radio a propósito. Entonces me echaron, al mismo tiempo despidiéndome de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Logré la recuperación a través del Ministerio de Defensa, y no no sólo me restablecieron, volví como un piloto. Cuando volví, sabía que iban a guardar un rencor y no me iban a dejar a volar. Me echaron otra ves, no me permitieron tener la experiencia de un vuelo en solitario. Volví otra vez, pero esta vez no como un piloto militar, sino como un navegante. Hace unos días, finalmente saqué el examen de estado del navegador. Aunque el navegador es una calculadora celestial, prefiero sentir el avión en vuelo, que hacer los cálculos.
“Príncipe Es-Suveiry daba por mi 50 mil de dolares, tanto dinero en Iraq pagan por la cabeza de un terrorista”
– Nadia, confiesa ¿cómo los hombres tratan a las mujeres en el ejército?
La mujer en el ejército – es una tarjeta publicitaria. Cuando empece a estudiar en la universidad de mi también intentaron hacer una. Piénselo – primera mujer piloto en ocho años. Vinieron de la televisión y dije directamente a la cámara: «Esta universidad es la más corrupta de toda Ucrania.» Créame, para esta declaración tuve razones de peso. Después de eso, me dejaron en paz y se fijaron en Vicka Mikotova. Ella hija de un oficial y una mujer muy culta. Le empezaron a molestar el estudio, y en los vuelos… Si a las mujeres en las fuerzas armadas nos tomaron como algo normal, sería mucho más fácil para nosotras.
-¿Tiene amigas?
Por supuesto. Todavía sigo en contacto con las chicas del instituto, también encontré amigas en el ejercito, son amistades que me llenan de orgullo. Son chicas que entraron en el ejercito para servir y no para casarse. Por cierto, los que más me molestan en el ejército no son los hombres, sino las mujeres… las mujeres que me repiten: «búscate un amante, ten un niño.» Pero sé: si tengo hijos, no tendré suficiente salud para ser en un piloto. Y si soy un piloto, entonces no tendré la salud necesaria para dar la luz. Creo por mi decisión no va a producirse una crisis demográfica en Ucrania.
– ¿Encontró en su vida a los hombres de verdad, con los cuales sueñan las mujeres?
No he conocido a nadie con quién podría permitirme ser débil. Aunque me cortejan constantemente. En Iraq, primero un policía árabe quería comprarme como esposa por dos carneros – allí es el precio estándar por una mujer. Luego allí mismo, en Iraq, me quería comprar el Príncipe Es-Suveira, ya por 50 mil dólares. Para comparación es la misma cantidad que se da por la cabeza de un terrorista. Príncipe me cortejada seriamente – me traía rosas, los dátiles, el oro al puesto de control. Aceptaba sólo rosas por el respeto. Al final el comandante del batallón le explicó que la operación no era posible. Aunque yo no iría con él ni por mil millones.
– ¿Cuál es su sueño dorado?
Sólo quiero volar. Y aunque todo el mundo dice que esto no es posible, yo sé que mi vuelo no ha llegado todavía, pero ya vendrá. Mi verdadera vuelo – el de combate.
Una valiente mujer sin duda, un ejemplo contra el pensamiento patriarcal de quienes aún se aferran al pensamiento y la actitud chauvinista.
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