La ciudad portuaria de Odesa, en Ucrania, fue construida en suelo kárstico, es decir, formado con piedra caliza proveniente de las caparazones y conchas de moluscos que han habitado el mar negro durante millones de años.
Algunas fuentes indican que fue en el siglo XVI, y otras que hasta principios del siglo XX que esta piedra caliza se comenzó a extraer como material para construir las casas y edificios en la superficie de la ciudad.
Se le agrega la perforación artesanal de pozos para extraer agua, y luego la ampliación por contrabandistas de los túneles que se formaron.
Poco a poco, casa por casa, túnel por túnel, se convirtió en un laberinto enorme, que hasta ahora no ha podido ser registrado en mapas, a pesar que desde 1961, cuando fue creado el club «Poisk» (búsqueda) que logró cubrir el 97% de las catacumbas y descubrir cerca de 1000 entradas a ellas.
Los túneles hasta ahora mapeados, si se colocaran en línea recta, llegarían mas lejos que la distancia entre Odesa y París, que es de 2,131 km. ¡Las catacumbas tienen 2500 km de largo!
Durante la segunda guerra mundial se refugiaban en ellas los guerrilleros, «partisanos» de la resistencia, asi como también durante la época soviética, y actualmente se logra descubrir armas o provisiones en túneles aún desconocidos para los exploradores contemporáneos.
También se han encontrado momias, de personas que, por alguna razón desconocida, se extraviaron y murieron por deshidratación, pues en las cuevas no hay un porcentaje muy elevado de humedad, a pesar de encontrarse a 60 mt bajo el nivel del mar, en 3 pisos verticales.
De hecho, las catacumbas son una de las razones principales por las que no se ha instalado un sistema de transporte público subterráneo.
Una leyenda urbana que ha surgido en torno a esto es que en 2005 un grupo de jóvenes decidió celebrar el año nuevo en las cuevas, y bebieron hasta quedar dormidos adentro; pero, sin querer, una de las muchacjas, Masha, se internó en los laberintos y se perdió. Los compañeros no dijeron nada y, se dice, que en 2009, 4 años después, se encontró el cadáver momificado de la chica, que había muerto por falta de agua.
El investigador Mike Pearl realizó en 2015 un trabajo profundo y no encontró evidencia que esto haya sido cierto, por lo que se toma como leyenda.
Sin embargo, si es cierto que muchos jovencitos o turistas «aventureros extremos» han perdido el rumbo dentro de los laberintos y han tenido que ser rescatados tras búsquedas de varios dias. Y no se ha podido desarrollar correctamente una ley que prohiba la entrada a ellas, o castigue; hasta que se finalice la topografía.
Una porción de las catacumbas de Odesa es accesible al público en «El Museo del Partisano» en la ciudad.
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