Mensajes de desinformación claves sobre las protestas de Bielorrusia

Bielorussia

Las protestas que estallaron en Bielorrusia luego de la fraudulenta elección presidencial en la cual el  incumbente Aleksander Lukashenko ganó con el 80,08 % de los votos, ya  se han convertido en un asunto de desinformación. Gran parte del mensaje está alineado entre el régimen bielorruso y el Kremlin, quienes culpan a la interferencia extranjera. La gran diferencia es que Lukashenko añadió a la Federación Rusa al grupo de sospechosos, nombrando también a Chequia, el Reino Unido, Polonia y Ucrania a raíz de la detención de 33 miembros del Cuerpo Militar Privado ruso «Wagner». A pesar de esta caída en desgracia, Moscú permanece apoyando la retórica de Lukashenko, haciéndose eco de la acusación a actores occidentales – en su mayoría a miembro estados de la UE y de la OTAN – que presuntamente intentan organizar una «revolución de color»

La televisión bielorrusa se mantuvo callada sobre las protestas, difundiendo noticias agrícolas idílicas, aunque ahora que el malestar es imposible de ignorar, le dedica más atención al asunto – demostrando que los activistas arrestados fueron forzados a rechazar seguir participando en las protestas frente a la cámara.  Las comunicaciones, incluyendo las redes móviles y de internet, están en su mayoría interferidas – una jugada que apunta a subvertir el malestar cívico, que el actual presidente ha culpado a actores extranjeros. La televisión rusa controlada por el estado también desestimó inicialmente las protestas, aunque el asunto gana momentum de manera consistente. Ambas partes niegan la violencia policial (incluyendo transportar a los que protestan en ambulancias para golpearlos gravemente en vez de brindarles asistencia médica) y muestran a los activistas como provocadores agresivos, también insistiendo que han sido sobornados: el Ministerio del Interior de Bielorrusia ha detenido a una persona que denuncian estaba pagando a los manifestantes. Al 12 de agosto, más de 6.000 personas han sido detenidas – de acuerdo a información oficial – y al menos una persona fue confirmada fallecida. Fuentes oficiales, tanto bielorrusas como rusas, atribuyen su muerte a la explosión de una granada que presuntamente intentó arrojar a las fuerzas del orden – denuncia que es ampliamente cuestionada. Hacer referencia solo a la información suministrada por Minsk es otra típica jugada de la cobertura rusa de los eventos.  Mientras que confiar en la información oficial es el mejor curso de acción en los estados democráticos, no es el caso de Bielorrusia. La información de fuentes independientes es ignorada, y la magnitud de la insatisfacción pública es socavada representando a los manifestantes como una minoría radical.

Una gran cantidad de comparaciones – negativas – son realizadas con Euromaidán en Ucrania. Las protestas son descriptas utilizando las mismas tecnologías y siguiendo el mismo libreto, provisto por Occidente (predominantemente los EE.UU.). Esto llega a otra narrativa, más frecuente en línea que en la televisión controlada por el estado. De acuerdo a ella, los bielorrusos no «deberían repetir el error de Maidán», dado que condujo a una guerra y a una crisis en el estado. Este tipo de mensaje desplaza la culpa de la Federación Rusa por desatar la agresión a Ucrania e incita temor en los manifestantes. Otros mensajes identificados en línea – una gran cantidad difundidos de cuentas presumiblemente falsas – culpan a los bielorrusos de ser desagradecidos con Lukashenko, insistiendo que ha proveído estabilidad y desarrollo económico al país. Cuentar similares a menudo elogian a las fuerzas del orden por sus acciones brutales.

Así todo, otro mensaje observado hasta ahora en las redes sociales como Twitter y Facebook, acusa a los manifestantes de ser «fascistas». La bandera blanca- roja- blanca, que se remonta al menos a 1917, y es usada por los opositores al régimen, ha sido calificada como Nazi. Ha permanecido como un símbolo de la oposición desde los tempranos tiempos de la dictadura de Lukashenko – y los opositores han sido arrestados previamente por mostrarla. Similares acusaciones ha recibido el slogan «Жыве Беларус» (¡Larga Vida a Bielorrusia!) de igual manera que «Слава Україні!» (¡Gloria a Ucrania!) ha sido  denominada Nazi por los agentes de desinformación rusa.  Esta retórica no está aun muy diseminada, aunque si las protestas tienen éxito (y no son cooptadas), Bielorrusia  muy probablemente será acusada de Nacionalismo Radical – una etiqueta favorita de la desinformación rusa utilizada en contra de todos aquellos estados que intentan distanciarse del control del Kremlin.

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Fuente: Ukraine Crisis Media Center, «Key Disinfo Messages on Belarus Protests», 13 de agosto de 2020

 

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