La sociedad civil en Ucrania después de Euromaidan. Parte IV. Las nuevas institutiociones.

Foto: Euromaidan 03CC BY-SA 3.0 Evgeny Feldman
Foto: Euromaidan 03CC BY-SA 3.0
Evgeny Feldman

Esta es la cuarta parte de una  serie de publicaciones sobre la sociedad civil en Ucrania durante y tras las protestas que tuvieron lugar en Euromaidan. Podrán acceder a la primera, segunda y tercera parte a través de siguientes enlaces:

Parte I

Parte II

Parte III

A pesar de ser una de las exigencias más populares en Maidan, la “Ley de lustración” parece estar todavía muy lejos de ser aprobada y ejecutada. Lo  prometido por el nuevo Gobierno, un comité de lustración per se,  con una agenda establecida, con la delimitación de los derechos y obligaciones y con unas funciones claramente definidas, no ha visto aún la luz.  Sin embargo, lo que se ha podido percibir, es que este comité funciona más bien como un  conjunto de  acciones cívicas que centran sus actividades en la  supervisión y  el control de los nombramientos de algunos funcionarios de la administración pública ucraniana. La estructura de este «semi-comité» se compone más o menos de 100 voluntarios que trabajan de forma regular, junto con otros 1.000 activistas preparados para intervenir en áreas específicas.  El responsable de este Comité, Yegor Sobolyev, ha declarado recientemente que esta iniciativa está cobrando cada vez más importancia y fuerza e involucrando además, a  cada vez más personas y activistas cívicos, lo que implica que la sociedad sea cada vez más consciente y por tanto, la sociedad civil en ucrania no para de aumentar.

A juzgar por la aparición y pronta propagación de estos comités por todo el país, la lustración en Ucrania puede servir como un claro ejemplo de la existencia de un amplio consenso nacional sobre la necesidad de un reajuste completo del país. No obstante, de lo que carece esta iniciativa, es de un enfoque uniforme para la definición del concepto y principios principales del proceso. El alcance de la lustración es muy amplio: algunos lo aplican a personas situadas a un alto nivel político en el sistema comunista, otros lo asocian a Yanukovich y sin embargo otros  pretenden aplicarlo cuando existe alguna actividad corrupta.

En general, todo este tema demuestra que el compromiso de crear una comisión fue un paso estratégico por parte de las autoridades. Cuando los intereses explícitos se ven afectados, las estructuras de poder no están por la labor de cooperar. En este caso, la lustración es una amenaza directa, por lo tanto, una estructura poderosa y en funcionamiento que se encargue de estos asuntos no refleja para nada sus intereses. La existencia de la iniciativa de la lustración en todas las regiones de Ucrania como un movimiento, actuando y ganando cada vez más apoyos es un claro  indicador de la continua lucha de la SC (sociedad civil) por sus derechos. Por otra parte, la ausencia de un estatuto legal  puede incluso verse como una ventaja, ya que ser parte del sistema lo hace aún más difícil para lustrarlo.

Una tendencia similar puede percibirse con la Oficina de Anticorrupción. La experiodista y activista Tetyana Chornovol conocida por sus investigaciones ha sido nombrada como Delegada del Gobierno en anticorrupción. Sin embargo, la respectiva ley sobre el establecimiento de una nueva oficina de anticorrupción aún no se ha adoptado. Es por ello que, las actividades son aún marginales, restringidas y podrían percibirse más como una iniciativa civil, con muchos voluntarios que participan en sus actividades que como cualquier otra actividad. Sin una fuerte estructura que establezca explícitamente los derechos y obligaciones, las actividades de anticorrupción post-Maidan, estas actividades siguen siendo caóticas y desorganizadas.

Dos proyectos de ley sobre la creación y, más importante aún, sobre las funciones de la Oficina están siendo debatidas  en la actualidad y además, éstas se están convirtiendo en  motivo de rivalidad entre los activistas que participan en cuestiones sobre  la lucha contra la corrupción. Esto no hace más que poner de relieve la ausencia de una posición unificada entre las OSC que se ocupan de la corrupción en Ucrania. Además, otro signo preocupante es que la Delegada del Gobierno en anticorrupción lidere uno de estos  dos grupos, por eso existen  motivos  suficientes para suponer que una lucha interna se producirá en un futuro inmediato. Sin embargo, a pesar de los múltiples intentos por parte de algunas OSC (como por ejemple la organización cívica «Oficina de Anticorrupción de Ucrania») de unir los esfuerzos en la lucha contra la corrupción, todavía no se ha podido observar ningún avance en este sentido.

Por último, es importante señalar que la corrupción en Ucrania está estrechamente relacionada al conjunto de del sistema social. Esto implica no sólo que un cambio en el modo de operar por parte de las autoridades estatales sea necesario, sino también en el conjunto de las relaciones socio-políticas y culturales del país. Por lo tanto, incluso en el caso de la creación de una agencia estatal destinada a combatir la corrupción en Ucrania, ésta no debería ni podría ser la única autoridad encargada de este cometido.

Para concluir, resulta importante destacar que el hecho de que exista un gran número de OSC que incluyen en su nombre la palabra «anti-corrupción» y que luchan por construir un sistema político mejor y respetado, representa un activo en la lucha iniciada por muchos ucranianos en la Plaza de la Independencia también conocida como Maidan.

 Autora: Olesia Ogryzko

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