Sinceros. Trajes festivos de chicas solteras de la región de Ivano-Frankivsk

El proyecto “Sinceros” es una serie de artículos, dedicada al traje tradicional, que tiene como objetivo mostrar la riqueza y lo colorido de la ropa típica ucraniana.

El coleccionista Igor Perevertnyuk cuenta:

Las modelos (Alona Vinnitska y Natalia Dzen’kiv) llevan trajes festivos típicos de las chicas solteras. Así se vestían en el siglo XIX en particular en el distrito Horodenka, de la región de Ivano-Frankivsk.

Son características de esta región las blusas bordadas, cosidas por una costura, así como dos cinturones, uno ancho y otro estrecho, que se ataban uno encima del otro.

Observen de qué manera tan interesante se hacían las trenzas: se envolvían los hilos al rededor de la cabeza, de manera que la cubrían por completo. Este peinado se llamaba «zaplitky.»

A las niñas, desde la infancia, se las enseñaba a coser, lavar, barrer, cuidar a los niños más pequeños y a los animales, como gansos o patos.

A veces, los niños de ocho años se cosían ellos mismos la ropa. Además, los más pequeños siempre usaban la ropa de los mayores, puesto que la tela era cara.

En cuanto a la ropa infantil festiva, se copiaba el estilo de la ropa de los adultos, en Polesia, por ejemplo, simplemente se ajustaba el tamaño.

Durante el siglo XIX, las chicas, en el mejor de los casos, disponían de 2-3 clases en la escuela parroquial. Además, solamente se lo podían permitir los campesinos ricos, ya que la educación no era gratuita. Los padres les dejaban ir a regañadientes, porque había una gran cantidad de tareas domésticas, de las que se ocupaba toda la familia. A menudo, en invierno los niños ni siquiera tenían ropa con la que ir a la escuela. Por lo general, compartían un sólo par de zapatos para todos los hermanos e iban a clase turnándose.

Cuando una chica joven comenzaba ir a las vechornytsi (encuentros de gente joven que se realizaban por las tardes en otoño e invierno, en la que se combinaba la diversión con el trabajo) significaba que ya estaba en edad de casarse. Yendo a las vechornytsi, las chicas se llevaban consigo la costura, el hilado y se reunían en casa de una viuda o en casa de la gente mayor para coser juntos.

Las chicas cantaban, cosían y charlaban, mientras que los muchachos venían a verlas con música: violines, tambores y flautas, tocaban para ellas y éstas en agradecimiento los invitaban a comer. Así es cómo se conocían.

En las familias, solamente la hija mayor tenía derecho de ir a estos encuentros. Hasta que ella no se casase, sus hermanas más jóvenes no podían ir.

Después de las vechornytsi, con permiso de sus familias, las chicas podían quedarse para las llamadas dosvitky que consistían en trasnochar ahí, junto a los demás.