En estos momentos de la guerra de información sólo creemos lo que vemos con sus propios ojos. La propaganda extendió muchos mitos sobre la vida en los territorios ocupados, pero en realidad, ¿qué es cierto? Cómo sobreviven las personas en las autodenominadas “repúblicas populares”?
Durante los ocho meses de mi última visita han cambiado muchas cosas. Sucedió algo más grave, que la escasez de comida horrible, lo que podría observar en la primavera. La República Popular de Donetsk echó raíces. Se han abierto varias entidades del banco republicano (aunque no he visto ningún cajero automático); uno de cada dos personas trabaja en algún “Ministerio”; a los empresarios se conceden licencias republicanas (o más bien testimonios) sobre la actividad económica, así como el cambio de divisas; y el saqueo está supuestamente castigado. Pero lo peor, se han encargado activamente de lo que Ucrania no ha hecho en sus 24 años de independencia, la educación patriótica de la generación más joven.
En las escuelas todos los días se les explica a los niños quienes son los “buenos” y a quien tienen que escribir las cartas. La televisión “Novorrusia” así como Oplot TV (televisión de Donetsk) siguen contando sobre “el mundo ruso” mientras que en las vallas publicitarias, en lugar de la publicidad, la cara Zakharchenko y Martínov, junto con las imágenes de los tanques para transmitir la idea de “necesita un equipamiento.” Y a todo esto, el retrato de Stalin está exhibiéndose en el centro de la ciudad. Así, la visión del mundo que forman estos niños reflejará su actitud hacia Ucrania. Qué situación tan complicada se va a formar cuando Ucrania recupere estos territorios…